Yoav Zitun
6 de junio de 2019
(israelnoticias.com) Dos graves incidentes en los Altos del Golán han puesto fin a toda esperanza de que la frontera sirio-israelí restablezca la calma durante los días posteriores a la guerra civil siria, ahora que el ejército de Bashar Al-Assad ha reforzado su control con la ayuda del presidente ruso Vladimir Putin.
El origen de los misiles tierra-aire disparados contra un avión israelí en mayo, o la identidad de los que se encuentran detrás de los otros dos misiles lanzados a principios de este mes en el Monte Hermón, sigue sin conocerse, pero estos incidentes ilustran la compleja realidad a la que tendrá que hacer frente el ejército israelí.
Hezbolá, una milicia libanesa apoyada por Irán, ha reemplazado a los rebeldes que habían sido expulsados del Golán por el ejército sirio. Representan la amenaza más grave para Israel, ya que están desplegados en las fronteras libanesa y siria.
Las FDI están finalizando la construcción de un sistema de reconocimiento de inteligencia sin precedentes vinculado a la División Dotan en los Altos del Golán.
Nunca antes ninguna unidad de protección fronteriza había tenido acceso a estos servicios de inteligencia, que se concentran en lugares secretos a corta distancia unos de otros.
Al otro lado de la frontera, los esfuerzos de Hezbolá, encabezados por Ali Musa Abbas Dakduk (nombre clave: Abu Hussein Sajid), se centran ahora en la vigilancia de Israel desde diversos puestos de observación e instalaciones militares, así como en el reclutamiento de combatientes de aldeas del lado sirio de los Altos del Golán.