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Toma de inventario

Toma de inventario

Rab Abraham Twerski

“Estas fueron las travesías de los Bnei Israel… Moshé escribió sus partidas según sus travesías” (33:1-2)

Los comentaristas de la Torá dicen que la enumeración de las travesías y los campamentos fue para revisar todo lo que ellos transpiraron durante los cuarenta años en el desierto.

Una persona que tiene un propósito y una misión en su vida va a hacer una pausa cada tanto para evaluar cuánto ha logrado en el cumplimiento de sus objetivos.

Mi papá diría acerca de un Rebe jasídico quien, en el primer Shabat luego de Sucot, alzó su copa de vino para recitar el Kidush y cerró sus ojos en meditación. El continuó meditando por horas. La copa de vino se cayó de su mano y los jasidim que lo acompañaban en la mesa dormitaban. Más tarde él se despertó, volvió a llenar la copa y recitó el Kidush.

El Rebe explicó a sus jasidim que cuando un comerciante va al mercado, como está ocupado en comprar, vender, tasar y comerciar, no tiene tiempo de calcular cuánta ganancia o pérdida obtuvo en cada transacción. Luego que abandona el mercado y se instala en el hotel más cercano, revisa sus documentos para ver qué ha obtenido en el mercado.

“Comenzando el mes de Elul, yo empecé a hacer Teshuvá. Fue un mes muy ocupado para mí. Luego vino Rosh Hashaná, los Diez Días de Teshuvá, Iom Kipur, Sucot y Simjat Torá, todos colmados de Mitzvot muy especiales. Había tantos acontecimientos durante el período que no tuve tiempo de hacer un balance de lo que había obtenido. Este Shabat fue como el “hotel más cercano” luego del mercado, mi primera oportunidad para revisar lo que había logrado. Empecé a meditar acerca de esto antes del Kidush y me tomó un rato completar mis cuentas”.

Muchos Tzadikim realizan un balance cada noche para ver qué han logrado durante ese día, para corregir cualquier deficiencia que descubran.

Así ocurrió con Moshé al final de los cuarenta años en el desierto. Los israelitas estaban por entrar en la Tierra Prometida, y él estaba a punto de ceder su liderazgo a Ieoshúa. Su período de conducción había llegado a su fin. Era momento de ver qué había logrado junto a los Bnei Israel durante los pasados cuarenta años, a través de una revisión meticulosa de las travesías y los campamentos, y qué habían sacado en limpio en cada uno.

Si somos serios acerca de lograr objetivos en nuestras vidas, tenemos que tomar inventario en forma periódica. Cada noche, cada semana, en el comienzo de un nuevo año -y tal vez en nuestro propio cumpleaños-. Un lapso ha transcurrido. ¿Qué tenemos para mostrar de él? ¿Cómo podemos hacer el próximo segmento de tiempo más productivo?

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