728 x 90

Cómo manejar las críticas

Cómo manejar las críticas

Rabino Zamir Cohen

8 de agosto de 2019

(Hidabroot) Este Shabat comenzamos a leer el quinto y último libro de la Torá, Devarim. El libro comienza con los versículos: “Estas son las palabras que Moisés habló a todo Israel al otro lado del Jordán en el desierto, en la llanura opuesta al Mar de los Juncos, entre Paran y Tofel y Lavan y Hazeroth y Di Zahav”.
A primera vista, uno pensaría que los lugares mencionados son solo lugares donde Moisés se dirigió a los hijos de Israel. Pero Rashi explica: “Dado que los está reprendiendo aquí y enumerando todos los lugares donde enojaron a Di-s, por respeto a Israel no lo hizo”. “No mencionó explícitamente los incidentes, sino que simplemente aludió a (los lugares donde ocurrieron)”.

En otras palabras, ahora que Moisés estaba a punto de fallecer, quería reprender al pueblo judío por todas las veces que habían actuado mal durante los cuarenta años en el desierto, para que supieran lo que tenían que rectificar y mejorar en el futuro. El líder de Israel no reprende al pueblo directamente, pero cada lugar que Moisés señaló insinúa una ocasión en que el pueblo judío pecó. Al otro lado del Jordán… frente a Iam Suf … ¿recuerdas lo que pasó allí? 
¿Por qué su reprensión fue entregada de una manera tan indirecta? Rashi explica: “por respeto a Israel”.
Esta es una gran lección para cualquiera que desee amonestar a otro. Un esposo que quiere criticar a su esposa, un empleador que quiere regañar a un empleado, un maestro que está reprendiendo a su estudiante, una persona que tiene un problema con su vecino: el enfoque correcto para hacer cualquier tipo de crítica es reducir el disgusto. Cuando una persona está enojada con otra, su tendencia habitual es enfatizar el lado negativo de la otra y exagerar lo mal que actuó. El crítico utiliza palabras duras, un tono de voz estricto y un lenguaje corporal y expresiones faciales similares para transmitir su enojo.
La mayoría de las veces este método logra el efecto contrario. Tal advertencia hace que el receptor rechace la crítica sin control en lugar de internalizarla y cambiarse a sí mismo, y arrojar barro al crítico por sus propias deficiencias. Una reprimenda ardiente solo aviva una respuesta ardiente, y todo lo que causa es conflicto y controversia. 
Moisés nos enseña: ¿Quieres reprender a una persona? Hazlo a través de una suave alusión. Una persona inteligente comprenderá la alusión y corregirá sus fallas. Si la reprimenda es aceptada o no depende de cómo fue dada. Si el reprobador comenzara y terminara con elogios, y en el medio sugiriera suavemente la mejora necesaria, sería efectivo.
Este enfoque permitirá que la crítica ingrese al corazón de una persona. A una persona no le gusta escuchar sus fallas y lo ve como un ataque personal contra él. Se pondrá a la defensiva contraatacando y no aceptará la reprensión. Pero si uno lo elogia e inserta suavemente un mensaje sobre lo que debe cambiarse, hay una buena posibilidad de que acepte las palabras. Él comprenderá que lo respetamos y queremos su beneficio, y hará el esfuerzo de rectificar lo que justifica la rectificación. 
Reprobar no es un mandamiento simple o fácil. Pero cuando se hace con honestidad y amor y con una actitud poco paternalista, puede alejar a muchos de las malas acciones. Que podamos ver las virtudes de nuestro prójimo y no sus defectos. 

Noticias Relacionadas