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Hay que ser bueno a los ojos de “todos”

Hay que ser bueno a los ojos de “todos”

Rab David Zaed

31 de octubre de 2019

Está escrito en nuestra perashá que Nóaj era “Tzadik… en sus generaciones” y que “hacia Hashem se encaminó”.

El Gaón Rabi Yosef Patznovsky Zt’l comenta al respecto:

Podemos encontrar un Iehudí que es meticuloso de las Mitzvot que relacionan a la persona con Hashem, pero se muestra desidioso cuando se trata de la relación con sus semejantes. Este tipo de Iehudí no recibe el calificativo de “Tzadik”. Y lo mismo sucede con quien sólo se preocupa en no perjudicar a la gente, pero por el otro lado desdeña las Mitzvot y las obligaciones que tiene para con Di’s. Tampoco este tipo de Iehudí se denomina “Tzadik”.

Y esto se puede graficar con un ejemplo;

En una aldea había un Iehudí ignorante. Antes de la fiesta de Sucot iba a hacer un viaje a una ciudad importante, y su vecino que era un Talmid Jajam, le pidió que le trajera el mejor Etrog que encuentre, porque en la aldea donde vivían sólo habían de regular calidad. Le dio indicaciones para que, cuando llegue a donde tenía que viajar, se dirija al Rab de la ciudad y le solicite que le escoja el Etrog más bello y “Kasher” que haya.

El aldeano hizo lo que le pidió su vecino. Cuando ya se disponía a regresar, se encontró con otro viajero que también venía de una aldea lejana. Le comentó que tenía en su poder un Etrog muy hermoso, que se lo pidió su vecino. El otro viajero le dijo:

  • ¡Mira que casualidad! Yo también tengo un vecino Talmid Jajam que me pidió que le traiga el mejor Etrog de todos los de esta ciudad.
  • Pero ya no vas a encontrar otro mejor que éste que yo compré, porque me lo escogió el mismo Rab de la ciudad -le dijo el otro aldeano.
  • ¿Y cómo voy a hacer ahora?
  • Bueno… Yo escuché que dos personas pueden cumplir la Mitzvá con el mismo Etrog.
  • Sí, pero yo vivo en una aldea muy lejana a la tuya.
  • Entonces, haremos lo siguiente: partiremos el Etrog en dos; tú me das la mitad de lo que yo he pagado, y le llevaremos una mitad de Etrog a cada uno de los que nos han encargado.
  • ¡Trato hecho!

Los aldeanos partieron el Etrog en dos y se llevaron sendas mitades a sus aldeas.

Cuando llegó el aldeano con su vecino, le dio muy contento la mitad del Etrog que había comprado y le contó todo lo que había pasado. El vecino no se pudo contener y soltó una carcajada. El aldeano no entendió el motivo de su risa, por lo que el vecino le explicó:

  • Mi querido amigo: Yo te agradezco tu buena voluntad, pero cometiste un error. Un Etrog completo, aunque no sea tan bello, es “Kasher”. Y por el otro lado, el Etrog más hermoso del mundo, si no está completo, no sirve para nada…

Y la moraleja es clara. El que cumple todas las Mitzvot, aunque no las haga de manera estricta y quizás le falte algunas, es un Yehudí Tzadik. Pero el que cumpla sólo una parte de las Mitzvot (y no esté dispuesto a aceptar todas las Mitzvot de la Torá), aunque esa parte la cumpla de manera excelente, no puede llamarse “Tzadik”.

Y eso es lo que está escrito respecto a Nóaj:

“Nóaj era un hombre Tzadik, íntegro en sus generaciones…”. Nóaj mereció llamarse “Tzadik” porque, además de ser bueno con la gente y ser bien visto a los ojos de su generación, también…

“Hacia Di’s se encaminó Nóaj”. Las Mitzvot que relacionan a la persona con Hashem, también las cumplía meticulosamente.

Y por eso se ganó la gracia en los ojos de Hashem y de los demás.

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