Sivan Rahav Meir
27 de julio de 2020
Nosotros tratamos siempre de ver las cosas en su justa proporción. En vísperas de 9 de Av, justo en medio de la pandemia del coronavirus, el trabajador social Rony Frintz escribe que a veces es necesario salir de las proporciones.
“Recuerdo que la primera vez que ayuné en Tishá beAv, agotado, me quedé sentado al lado de la sinagoga y un correligionario anciano pasó a mi lado y dijo: “En los campos de concentración era más difícil”.
Es verdad, en los campos de concentración era más difícil, pero hoy en día, al estar dedicado al trabajo de terapia, sé que este enfoque no ayuda.
En muchas ocasiones tratamos de suavizar las cosas, evitar problemas, tomar todo en su debida proporción, pero esto no está bien -no siempre debemos achicar el dolor y tratar de borrarlo-. El alma es singular. Comparar aquello que sucede muy adentro de su interior con todo aquello que sucede afuera no está bien, es tratar de borrar esta singularidad que se encuentra en la creación.
El dolor no desaparece si no lo determinamos o tratamos de achicarlo.
Estos son tiempos de crisis, de verdadera tristeza, de duelo. Es necesario hacerle el espacio al dolor y no decir ‘Vamos, sal de esto, esto les sucede a todos’.
De hecho, inclusive cuando nos dirigimos a alguien que está sentado en duelo no lo consolamos realmente. No somos capaces. En realidad, nos dirigimos a Aquel que está más allá de cualquier límite y decimos “desde los Cielos vendrá el consuelo”.