Sivan Rahav Meir
Lo siguiente me ha lo ha enviado Natanel Peretz de Ashdod:
¨Necesitamos Tishá be Av si sólo fuera por aquello que sucede al medio del día. En el día más triste del año judío, el medio del día es cuando todo se voltea.
Nos levantamos del piso y podemos inclusive empezar a limpiar nuestra casa. En medio al ayuno, los deliciosos olores de la comida cocinada se encuentran entre las paredes que ayer fueron testigos de una comida escasa pre ayuno, comida en el piso.
De repente la atmósfera se transforma completamente y nuestra voz interior cambia de tono. Es una voz que trae un mensaje de fe que ha acompañado nuestra pequeña nación a través de miles de años: pronto todo será mejor.
En otras palabras, puede decirse que el medio del día de Tishá be Av es el momento en que ocurre el cambio más dramático en nuestras almas.
Milagrosamente, nos llenamos de una disposición de adoptar nuevamente una actitud optimista.
Hay muchas cosas que necesitamos en estos momentos. Una vacuna, una entrada financiera constante, estabilidad, unión. Hay, en el mundo entero un caos sin precedentes y pareciera que se pone peor. Pero aquello que necesitamos para sobreponernos a todo ello es una cosa más básica, aunque difícil de alcanzar o un estado de ánimo que nos falta, que es la capacidad de creer en ihyé tov (estará bien).
Así que ahora anhelamos practicar Ahavat Jinam (amor gratuito) y de reconstruir el Templo Sagrado, pero antes de hacer todo esto necesitamos la transformación que ocurre cuando todo se da vuelta hoy a la mitad del día.