Sivan Rahav Meir
2 de agosto de 2020
No hay palabras más duras que las advertencias pronunciadas por Moshé Rabeinu en la porción de la Torá que hemos leído este sábado: “Tan sólo cuídate y cuida mucho tu alma”; de esta manera, sólo hablamos en caso de gran peligro. ¿Y cuál es el peligro del cual debemos cuidarnos tanto? “Para que no te olvides las cosas que vieron tus ojos y para que no se aparten de tu corazón todos los días de tu vida”.
El Rav Natanel Elyashiv escribe en su nuevo libro “Devarim Tovim” que este versículo es el secreto de todo el libro de Devarim (Deuteronomio): La determinación de Moshé Rabeinu de luchar en contra de nuestra tendencia, tan humana, de olvidar aquello que es sagrado y preciado para nosotros debido a nuestra rutina agotadora o a causa de un infinito número de otras razones o excusas.
Así que nuestra misión en la vida es la de enfrentarnos a una batalla constante en contra del olvido. Tanto en el sentido de no olvidarse de ciertas cuestiones, como en el sentido de recordar de poner los temas correctos e importantes en el centro de nuestra percepción.
Este no fue un desafío sólo para el Pueblo de Israel en el desierto, los cuales estuvieron presentes al recibir la Torá en el Monte Sinaí -y aun así fueron capaces de olvidarlo, fallando en transformar aquello que vieron en algo viviente y significativo y pasarlo a la siguiente generación-. Este es también nuestro desafío, aquí y ahora, como lo pide Moshé en la continuación del versículo: “Hazle conocer a tus hijos y nietos” -a la siguiente generación-.
Este es el título del libro de Devarim, el cual empezamos a leer en estos días: Cuidarse mucho de no olvidar las cosas más importantes.