Sivan Rahav Meir
4 de agosto de 2020
Hoy en la noche es Tu beAv, el pico de la temporada de matrimonios y desafortunadamente también el pico de la pandemia.
¿Qué decirle a cada pareja que se casa ahora de manera tan diferente de aquello que habían soñado y planeado?
Para empezar, el coronavirus es algo temporal mientras el matrimonio es eterno. La pandemia mundial pasará, en cuanto que el construir un hogar judío continuará existiendo para siempre.
El coronavirus -la experiencia agotadora por la cual pasan ahora- tal vez los preparará adecuadamente para la vida en común. Después de una “locura” como ésta, quizás será más fácil lo que enfrentarán “en el día a día” y las dificultades les parecerán más pequeñas.
Las parejas, en general discuten sobre el color de las servilletas o el arreglo de flores y he aquí que ahora, parejas que aún no se han casado, ya pasaron juntos por el tener que aplazar su matrimonio, por el cambio de salón de fiesta y el cancelar la larga lista de invitados.
Hay parejas que se casan en unos pocos días y aún no saben dónde y quien podrán invitar. Sólo saben una cosa-que escogieron construir un hogar junto. Esto es lo esencial.
Dicen que, en el primer matrimonio que aparece en la Torá, la boda de Adam y Java, no habían invitados y D-s personalmente llegó a alegrar a la pareja. Igualmente, en los matrimonios en tiempos de corona la sensación es parecida: hay muy pocas personas, pero se siente mucha alegría y santidad.
Con la esperanza que las parejas en la temporada de corona lleguen algún día a contar a sus bisnietos, con una gran sonrisa en los labios, cómo ellos se casaron en tiempos de corona. ¡Mazal Tov”