Dr. Alberto J. Rotenberg
Paradójicamente la pandemia ha traído su costado muy positivo. Lo que en otro momento era sencillamente impensado por motivos tecnológicos -entre otros-, hoy se hizo realidad. Se podría resumir en pocas palabras: once horas de trasmisión ininterrumpida, Rabanim de diferentes comunidades de cuatro países y no menos de 500 personas en promedio conectadas para nutrirse de mensajes inspiradores de Torá.
El acontecimiento tuvo lugar el pasado domingo 13 de setiembre, comenzando bien temprano con es servicio de Selijot y la participación de los jazanim Lionel Mizrahi, Shaúl Saiegh y Ramón Safdie.
Luego se escucharon diversos shiurim en este orden: Rab Yosef Galimidi, Rab Rafael Freue, Rab Gabriel Michanie, Rab Abraham Chehebar, Rab Aharón Benchimol, Rab Isaac Sacca, Rab Iosef David Meta, Rab Baruj Mbazbaz, Rab Tzvi Grunblatt, Rab Ezra Chueque, Rab Amram Anidjar, Jajam Chalom Cohen en una participación especial desde Israel, Rab Abraham Cohen con la innovación de la traducción simultánea vía zoom, Rab Efraím Dines, Rab Daniel Oppenheimer, Rab Abraham Serruya y el cierre especial del Gran Rabino de la Congregación Sefaradí de Argentina Iosef Chehebar.
Simultáneamente, en el transcurso de la tarde, se abrió un segundo canal de trasmisión con orientación yeshivatí y avanzado con la anunciada participación de Rab Iedidia Soae, Rab Baruj Mbazbaz, Rab Shaúl Sued, Rab Ezra Duek y Rab Obadia Talgam.
Esta verdadera maratón fue organizada con varias semanas de anticipación y contó con más de cuarenta personas trabajando y la conducción del jajam Itzik Plotka, quien en una suerte de viaje virtual conducía a los oyentes a través de diferentes países y distintas kehilot presentando a cada Rab participante.
Además de haber sido una fuente de jizuk -fortalecimiento- a pocos días del Gran Día del Juicio, nuestros Rabanim y nuestras kehilot, como bien lo señaló el Rab Daniel Oppenheimer, vienen dando un ejemplo de sacrificio y entrega por la comunidad en un momento donde las necesidades económicas y sobre todo sociales y afectivas han cobrado gran trascendencia para el sostenimiento material y espiritual de nuestras familias.
Una felicitación muy especial a los organizadores y participantes por la muestra de unión y entrega desinteresada en un momento que tanta falta hace.
Que Boré Olam colme de dicha y bendición a nuestros rabanim, dirigentes y a toda la comunidad y traiga salud, parnasá y fuerza para seguir adelante con tan abnegada misión.