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Shaná Tová

Shaná Tová

Sivan Rahav Meir 

18 de setiembre de 2020

Cantidad de veces nuestra respiración fue interrumpida en este año. Es tan difícil y molesto el respirar con una mascarilla puesta. Pero lo hemos hecho para que otros pudieran continuar respirando, para cuidar sus vidas. Todas las respiraciones cortas, molestosas, que nos ahogan la introduciremos ahora en la gran inspiración de este año -el sonido del shofar-.  

Respiramos y exhalamos y hacemos escuchar un grito que va más allá de cualquier palabra. 

Cuánto hemos hablado en este año sobre los “shofarot” (portavoces) como algo negativo. Como si el portavoz es un hombre que recita una página entera de mensajes de otra persona.  

Tenemos ahora una festividad que devuelve esta palabra a su significado original; el sonido del shofar nos recuerda aquello que es esencial y lo que es superficial en la vida, aquello que queremos alcanzar a ser y aquello que esperamos del mundo. Es lo más puro que hay, lo más alejado de todo interés. 

Hay Minianim que acortarán las Tefilot (el servicio religioso) este año. El mismo se va a reducir, pero no ocurrirá así con el corazón y la intensión. Todo lo contrario. Me parece que esta vez cada palabra del libro de oraciones resuenan en nosotros.  

Ya al principio del día acostumbramos a decir:” Te imploramos nos cure de nuestras enfermedades y consume el año y sus maldiciones”. 

Muchos son los que, en estos momentos, comparten recuerdos de hace un año atrás: donde estábamos hace un año y donde estamos ahora. Lo esencial en Rosh HaShaná no es el mirar hacia atrás hacia el Rosh HaShaná de 5780, sino más bien el mirar hacia adelante, hacia el Rosh HaShaná de 5782. Aun no tenemos fotografías por compartir ya que por el momento nosotros decidimos, rezamos y pedimos qué tipo de personas queremos llegar a ser en el próximo Rosh HaShaná y en qué mundo nosotros queremos vivir. 

¡Que seas inscrito y sellado para bien!

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