11 de octubre de 2020
Muchas madres están experimentando un aumento en la gravedad del insomnio y niveles leves a altos de ansiedad aguda por COVID-19, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Ben-Gurion del Negev y The Max Stern Yezreel Valley College en Israel.
“En el estudio, abordamos, por primera vez, las consecuencias de la pandemia de COVID-19 y el confinamiento en el hogar sobre la ansiedad materna, el insomnio, así como los informes de problemas de sueño entre niños de entre seis y 72 meses de edad”, dice el Prof. Liat Tikotzky, directora del Laboratorio de Crianza, Desarrollo Infantil y Sueño de BGU y miembro del Departamento de Psicología de BGU. El estudio fue publicado por el Journal of Sleep Research.
Los resultados indicaron que el insomnio clínico materno (Insomnia Severity Score> 15) durante la pandemia COVID-19 se duplicó con creces al 23% durante la pandemia, en comparación con sólo el 11% antes de la pandemia. Aproximadamente el 80% de las madres también informaron niveles leves a altos de ansiedad COVID-19 actual.
En el estudio, se pidió a las madres que completaran un cuestionario de autoinforme con referencia a dos puntos temporales: (a) retrospectivamente uno o dos meses antes del brote de COVID-19 en Israel, y (b) durante el confinamiento domiciliario. Luego, los investigadores calcularon una puntuación que representa la percepción de la madre del cambio en la calidad de su sueño.
“Además, observamos que las madres que informaron un aumento en los síntomas de insomnio tenían niveles significativamente más altos de ansiedad aguda por COVID-19 que las madres que no informaron cambios en los síntomas de insomnio, mientras que no se detectaron diferencias de grupo en sus niveles típicos de ansiedad (rasgo), lo que sugiere que la ansiedad actual puede contribuir al aumento de la gravedad de los síntomas del insomnio”, dice el profesor Tikotzky.
Además, los investigadores encontraron que alrededor del 30% de las madres informaron un cambio negativo en la calidad del sueño de sus hijos y una disminución en la duración del sueño. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la mayoría de las madres no informaron cambios en la calidad, la duración, la disposición del sueño de sus hijos y su percepción del sueño del niño como problemático. Además, el 12% de las madres incluso informaron un cambio positivo en la calidad del sueño de sus hijos y el 25% informó un aumento en la duración del sueño.
Finalmente, los investigadores observaron que las madres que informaron puntuaciones más altas de insomnio también eran más propensas a informar que sus hijos tenían una calidad de sueño más pobre y una duración del sueño más corta. Esto es consistente con estudios previos que demuestran vínculos significativos entre la calidad del sueño materno e infantil durante tiempos normales.
Los hallazgos enfatizan la importancia de seguir explorando los factores de resiliencia familiar que pueden explicar los diferentes patrones de respuesta en el sueño de los niños y las madres durante tiempos de crisis. Esto es particularmente importante dado el papel del sueño en el desarrollo infantil y el funcionamiento de los padres.
(Jewish Press)