20 de octubre de 2020
Una vez le preguntaron al rabino Shimshon Pincus zt’l cómo debería verse una mesa de Shabat. Él respondió: “Debes saber claramente que ‘Kidush’ es como la oración de Mussaf en Yom Kipur que necesita concentración y miedo. Pero puedes crecer mucho a partir de ella y la comida en sí es como una comida festiva de la víspera de Yom Kipur, que es una gran Mitzvá, mucha santidad y un gran beneficio para el alma. El padre es como el sumo sacerdote en el templo y, en verdad, todas las costumbres judías deben llevarse a cabo de esta manera”.
El rabino Pincus continúa y enfatiza: “Esto no tiene por qué hacerse con movimientos o hechos extraños, más bien todo debe hacerse con alegría y con una carita sonriente y luminosa para el resto de la familia, y entonces todas las comidas serán momentos de servicio divino y elevación. Porque así como los servicios en las Altas Fiestas establecen el nivel de todo el año, también el Shabat trae bendiciones a todos los días que vienen en paz”.
El rabino Pincus explica: Shabat tiene una Mitzvá de disfrutar y comer más delicias. Y esto es desconcertante: En un día tan santo y sublime de apego a Di-s, ¿pensarías que una persona debería separarse de lo físico y minimizar sus placeres porque, en general, cuando construyes el cuerpo y sus deseos, siempre está en él a expensas del alma? Entonces, ¿cómo se conecta el disfrute físico del Shabat con la santidad sublime y la adhesión a Di-s”, pregunta el rabino Pincus.
Él responde con una parábola maravillosa: “Imaginemos que fueras invitado a la casa de uno de los líderes de la Torá de la generación, y tu amable y santo anfitrión está encantado contigo, su huésped. Él te dice ‘por favor venga a almorzar conmigo’ y le dijo a su familia que preparara una comida lujosa. ¿Te atreverías a considerar decirle: “Puedo comer contigo mi estimado rabino porque no como más que pan con sal y un frasco de agua”? Obviamente, nunca le dirías eso al gran rabino porque cuando estás en su casa niegas tus preferencias personales en deferencia al gran rabino que quiere que te unas a él para la comida. Todos los cálculos personales se detienen, ya sean espirituales o físicos, ya que querrás cumplir el deseo de tu santo anfitrión”.
“Lo mismo ocurre en Shabat. Si consideráramos el beneficio personal que obtendríamos del Shabat, tal vez consideraríamos la abstinencia total de la comida u otros placeres como Yom Kipur. Pero Shabat no es su día santo, sino el día santo de Di-s y él quiere que lo disfrutemos con muchas delicias en su día santo. Todos los cálculos personales se detienen; son nulas y sin efecto en su día santo. Estamos felices junto con Di-s y disfrutamos de Su bondad”.
“Sin lugar a dudas, después de escuchar a Di-s y negar nuestros cálculos personales, nos beneficiamos mucho más que si creáramos mundos de separación y abstinencia de la comida y los placeres”. El fundamento del Shabat es negarnos a nosotros mismos y hacer lo que Di’s quiere”.