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Cuatro reglas fundamentales

Cuatro reglas fundamentales

Sivan Rahav Meir 

¿Cómo reestablecemos la autoridad de los padres en el hogar, después de un año de corona? ¿Cómo volvemos a la tranquilidad y a la alegría luego de un año lleno de desafíos?  

Mi suegra, Ziva Meir, quien es consejera familiar, presentó cuatro reglas fundamentales para estos tiempos: 

1-   Confianza. Muchos hablan de que la juventud está perdida y desconectada. Si no creemos en esta generación joven y en su capacidad, esta forma de pensar nuestra podrá volverse en una profecía que se realiza. Debemos tener verdadera confianza en el niño y fortalecerlo, enfocarnos en lo positivo y no en lo negativo y creer que lo bueno en el terminará prevaleciendo. 

2-   Empatía. Cuando decimos “No” tenemos la tendencia a separarnos emocionalmente de la dificultad que tiene el niño. Gritamos: “¡No permito que comas otro helado!” o “Ve a dormir y deja de jugar ya!”. Inclusive cuando debemos decir “No” debemos imponernos límites, debemos ser empáticos y llenos de comprensión.  

Por ejemplo: “Entiendo que quieres un helado más, está de verdad sabroso, pero he tomado la decisión que esto no es adecuado en este momento, así que debes contentarte con un solo helado”. O: “Sé que era divertido ir a dormir tarde en la época de la pandemia, pero ahora ya volviste a la escuela y es el momento de apagar la luz.” 

3-   Reglas familiares. Es gracioso, pero el año escolar empieza ahora. Es el momento de tener una reunión familiar y decidir cuáles son las reglas-la hora para ir a dormir, las comidas, la división de tareas en el hogar e inclusive las horas frente a las pantallas de computadora.  

Las cuarentenas terminaron (en Israel), Baruj Hashem, y si el niño recibió un “Tablet”, esto no quiere decir que no exista la posibilidad que tomar el “Tablet” de vuelta. El coronavirus enredó el mundo y ha llegado el momento de sentarse y volver a establecer las reglas familiares desde el principio.

4-   Sentido de tener una misión. De hecho, esto es lo principal. Sentir que lo que hacemos en casa es importante. Que nuestra misión no está solamente fuera de casa, sino que también lo está adentro. Que la educación es algo sagrado, precioso y lleno de significado, inclusive si pareciera ser algo gris y mucho más agotador de lo que nos ocurre en el trabajo y en las redes sociales.  

Si entendemos cuán grande es la tarea de ser padres, uno puede tener un sentido de misión inclusive cuando esté llenando una máquina de lavar ropa o enjuagando los trastes.     

¡Que tengas mucho éxito!

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