Foto: Ministro de Defensa Benny Gantz
El ministro de Defensa y primer ministro suplente, Benny Gantz, dijo en un comunicado el sábado por la noche que exigirá que la reprogramada Marcha de la Danza de la Bandera de Jerusalem se cancele esta semana.
Gantz se reunió con los jefes de las FDI y la policía de Israel, el fiscal general y otros altos funcionarios de seguridad el sábado para discutir el tema.
El ministro de Defensa dijo después de la reunión que exigirá la cancelación de la marcha -que ya ha sido autorizada por la Policía de Israel- si “exige medidas de seguridad extraordinarias y pone en peligro el orden público y los procesos diplomáticos”.
Esa última parte – “procesos diplomáticos” – es una referencia indirecta a la formación de la llamada “coalición de cambio de gobierno” que asumirá el cargo unos días después de la marcha.
“Los líderes públicos tienen una responsabilidad particular y parece que en los últimos días no se han aprendido las lecciones necesarias de hechos pasados”, tuiteó el ministro de Defensa.
“Todo el que intente deslegitimar los procesos democráticos básicos y encienda el fuego de la incitación será responsable. Les pido a todos que se abstengan de cualquier demostración de violencia”, escribió Gantz.
“Todos los líderes públicos deben pronunciarse pública, decidida y activamente contra la violencia en general y especialmente en el ámbito político”.
Los tuits se produjeron después de una rara advertencia del director de Shin Bet (Agencia de Seguridad de Israel), Nadav Argaman, emitida el sábado sobre el aumento vertiginoso de la incitación y el discurso de odio en los sitios de redes sociales. Argaman dijo que tal incitación podría llevar a individuos o grupos a la violencia e incluso a dañar a otros.
“En los últimos días ha habido un aumento y una grave radicalización del discurso violento e incitador, especialmente el que se da en las redes sociales”, advirtió Argaman.
“Este es un discurso que incluye declaraciones severas, pero usa lenguaje y expresiones de división, incitación e incluso llamadas a la violencia y al daño físico.
“Es nuestra obligación hacer un llamado claro e inequívoco para cesar de inmediato el discurso incitante y violento. La responsabilidad de calmar y moderar el discurso está sobre los hombros de todos”, agregó Argaman.