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Del Zera Shimshon: La queja de Kóraj

Del Zera Shimshon: La queja de Kóraj

Zera Shimshon

Zera Shimshon hace hincapié en una serie de detalles. Primero, parece que la principal cuestión de Kóraj era con Aarón y no con Moshé. Segundo, ¿por qué Rashi cambia verbos en la mitad de la oración, cuando escribe: “Si tú tomas (lakajat) el reinado para ti mismo, no deberías haber elegido (l’varer) el sacerdocio para tu hermano”. Rashi debería haber usado la misma palabra para describir ambas acciones y haber escrito “tomar” o “elegir” en ambas instancias. ¿Por qué el cambio?

Cuando se habla de reinado, todo el mundo sabe que el príncipe sucede a su padre en el trono. Esto funciona así tanto en la Torá como, l’abdil -salvando las diferencias- en las cortes gentiles también. Una situación similar aplica en la posición del Nasí -líder de la tribu de Israel-, el hijo casi automáticamente sucede a su padre. Sin embargo, esto sólo sucederá si el hijo reúne las condiciones para el cargo. Si el hijo es pacifista y pelear va contra su naturaleza, no será elegido para servir como rey. Si no es la clase de persona que inspira confianza a la nación, él no será electo.

El sacerdocio, sin embargo, funciona diferente. Una vez que una persona se convierte en Cohen, sus hijos serán Cohanim y a su vez los hijos de sus hijos también serán Cohanim hasta el fin de los días. Ni sus cualidades personales ni su falta de carisma serán tenidos en consideración. La descendencia de un Cohen será siempre de Cohanim.

Esto, pues, es lo que Kóraj le dijo a Moshé Rabenu: “Moshé, tú tomaste (lakájat) el reinado para ti mismo. ¿Cómo puede alguien tomar para sí algo como un reinado? Esa persona debería tener la clase de temperamento que hace que la gente lo siga. Tú, Moshé, tienes este tipo de personalidad y entiendo por qué “tomaste” el reinado para ti.

“Con respecto a Aharón, sin embargo, ¿por qué elegiste (l’varer) el sacerdocio para él y sus hijos? Una vez elegido, el designado no tiene que hacer nada más, él nunca tiene que probarse ni trabajar sobre sí mismo. Su familia serán Cohanim para siempre ¡sin perjuicio de su valía personal o comportamiento!

“¿Por qué deben Aharón y sus hijos recibir este regalo, un regalo para toda la eternidad, abarcando todas las generaciones por venir, sin perjuicio si lo merecerán o no?

Esta era la naturaleza de la queja de Kóraj.  

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