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Sin pantallas, sin máscaras

Sin pantallas, sin máscaras

Sivan Rahav Meir 

En una conversación vía zoom que llevé a cabo ayer con chicas de todo el mundo, dos jóvenes de Canadá contaron que ellas aun estudian vía zoom y pareciera ser que el próximo año lectivo también empezará de esta manera. No supe cómo reaccionar, e igualmente sucedió con todas las participantes de Israel.  

Una amiga mía, que es programadora, contó que en este momento ella trabaja en un proyecto con gente de informática de Rusia. Ellos no dejan de ausentarse del trabajo por estar enfermos de corona y ahora el alcalde de Moscú hizo un anuncio oficial sobre la cancelación del trabajo por una semana, para con ello intentar combatir el fuerte aumento en la tasa de infección y mortalidad. Mi amiga no le sabe cómo contarles a sus colegas rusos sobre la situación en Israel. 

Igualmente sucedió con una periodista de Suramérica que dijo que en su comunidad sólo los ricos ya están vacunados, ya que ellos consiguieron “la buena vacuna, como ustedes en Israel” y contó que varios ministros en Perú, Argentina y Ecuador tuvieron que renunciar a sus puestos porque se reveló que habían puesto vacunas a sus familiares, en cuanto que todo el resto de la población espera. Simplemente no hay suficientes vacunas. “¿Como ustedes recibieron la vacuna y gratis?”, preguntaba ella.

En cuanto que aquí, en Israel, éste no ha sido el titular principal, ni hubo una cuenta atrás solemne, pero sucedió: “La obligación de llevar máscaras queda abolida a partir de hoy. El índice de mortalidad es nulo, la epidemia fue controlada, el alcohol y las cápsulas se transformaron en objetos del museo del coronavirus.” 

Las ultimas parashiot (porciones semanales) destacan lo importante que es el no ser indiferente a los demás y hasta donde es importante el no ser mal agradecido. Así que debemos rezar por la sanación del resto del mundo, de la cual gran parte aún sufre, además de ser agradecidos por nuestra situación. Debemos dar gracias a D-s y felicitar también al Primer Ministro saliente y al sistema de salud.  

Luego de un año y tres meses de “la guerra del coronacirus” en Israel, casi todas las limitaciones fueron eliminadas a partir de hoy -inclusive las molestosas mascarillas han desaparecido de nuestras vidas-. Literalmente, se puede respirar un suspiro de alivio. 

Buenas noticias.

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