Sivan Rahav Meir 

Cubrí muchas celebraciones de victoria, pero esta semana, por primera vez fui invitada a una “celebración de la derrota” festiva.  

El grupo de voluntarios de Miriam Peretz se reunió para hacer un resumen de la campaña presidencial, la cual no tuvo éxito. ¿Que aprendí de allí? Aprendí que si aprovechamos cada experiencia por la cual pasamos y aprendemos de ella no podemos entonces hablar de derrota. Este no es un cliché, Miriam y sus voluntarios realmente se sienten así: ellos conocieron a casi 120 miembros del Kneset personalmente, además de transmitir un mensaje en la forma de afrontar a algo. “No está bien que el ser humano no se esfuerce en la vida y no trate, inclusive cuando al final no tenga logros”, así me dijo Miriam. “Lo importante no es sólo el logro alcanzado. El camino hacia el logro también tiene valor.” 

Nosotros hablamos mucho sobre si sólo queremos algo, seremos capaces de alcanzarlo. Que es posible transformar cada sueño que tengamos en realidad. Que no existe esto de “no puedo, sólo hay “no quiero”.  

En estos días este mensaje ha sido mencionado, una y otra vez, en las fiestas de graduación de este año. Pero nada de esto es cierto. La mayoría de nosotros no alcanzaremos todos los logros, y no seremos el número uno, y no todos nuestros sueños se realizarán.

Así que he aquí alguien que ha tratado y no alcanzó el logro deseado y frente a todo el país nos dice que vale la pena tratar, que está bien fracasar, que es necesario aprender de esto e inclusive festejarlo juntos.