Sivan Rahav Meir

En Israel hemos escuchado noticias durante toda la semana. Quién fue eliminado, quién contestó y cómo pasamos de una ronda de combate a otra en Gaza. Ayer, lamentablemente, también nos enteramos de una muerte en la ciudad de Rehovot.

El Shabat es el momento de subir de nivel. No para desconectarnos de la realidad, sino para conectarnos con nuestra gran historia. Rezar por una victoria que no sirva sólo de disuasión por unos meses, que no sean sólo negociaciones entre mediadores para un cese al fuego, sino por una situación reparada y completa. De definición entre el bien y el mal. Por una paz verdadera.

Y éstas son exactamente las bendiciones que aparecen en la Parashá de esta semana: que el Pueblo de Israel sepa quién es y cumpla con su papel en el mundo. Que él traiga una verdadera bendición a toda la región. Que viva en seguridad y prosperidad, alegría y paz. Esto es lo que leeremos en Shabat:

“Yo les proveeré las lluvias en su momento apropiado para que la tierra dé su cosecha y el árbol del campo dé su fruto… comerán su pan hasta saciarse y vivirán seguros en la tierra de ustedes. Yo garantizaré la paz en el país”.

Ojalá veamos todo esto realizarse prontamente, en nuestros días.

Shabat Shalom y que escuchemos buenas noticias.