Sivan Rahav Meir
¿Han oído hablar de Birkat Hailanot, la bendición de los árboles? Recitamos esta bendición ayer en Jerusalem, y es posible recitarla desde ahora hasta el final del mes de Nisán frente a dos árboles frutales que estén floreciendo.
El rabino Itamar Haikin salió con sus alumnos a recitar la “Bendición de los Árboles” y regresó con esta reflexión importante:
“Hay muerte clínica y hay muerte psicológica, es decir, muerte que puede ocurrirle a una persona incluso cuando está viva.
Esto ocurre cuando una persona pierde la sensibilidad y la emoción y no ve la belleza de la naturaleza y la magia de la vida.
Los sabios dicen: ‘Una persona malvada, aun en vida, es considerada como una persona muerta, ¿por qué? Porque es como la persona que ve salir el sol y no bendice, ve el poner del sol y no bendice, pero los justos bendicen todas las cosas.’
Según nuestros sabios, el no recitar una bendición no es cuestión de indiferencia, ¡hay maldad en ello! Maldad hacia sí mismo, hacia su vida que se está malgastando así, incapaz de prestar atención al sol que sale y al sol que se pone. Es una falta de gratitud el no ver que todo está bien y no estar agradecido por ello.
En el mes de Nissan, sólo una vez al año, sólo en la primavera, salimos a decir la bendición de los árboles. Esta es una oportunidad para detenerse por un momento en la carrera hacia el trabajo, los estudios y las diligencias, y salir a la naturaleza o incluso a un lugar donde se encuentren dos árboles frutales, para meditar y bendecir:
Bendito eres Tú, D-s nuestro, Rey del Universo, que no deja que falte nada en su mundo, y que creó bellos seres y bellos árboles para el placer de los hombres.
Tan hermoso y simple. Entonces, si te preguntan: ¿Qué hiciste hoy? Puedes responder: Hoy precisamente recité la ‘Bendición de los Árboles’. Precisamente hoy, en medio de la alocada carrera, me acordé de detenerme y simplemente contemplar”.