Sivan Rahav Meir

Buena semana, buenas noticias. Después de una noche histórica cuyas implicaciones aún comprenderemos, después de horas de ansiedad y de agradecimiento, he aquí unas palabras que me parecen apropiadas para este momento. Un recordatorio tanto para nosotros como para nuestros enemigos. Un párrafo del rabino Jonathan Sacks del folleto “Sanar el corazón” que tuve el privilegio de editar:

“Los titulares de los periódicos no son el veredicto en el tribunal de la historia. La nación de Israel ha existido durante miles de años.

En el pasado, los judíos afrontaron catástrofes en una escala que habría aniquilado a casi cualquier otro pueblo: la destrucción del Primer Templo, el exilio babilónico, la ocupación romana, los decretos de Adriano, las Cruzadas, la expulsión de España. Pero no se dejaron llevar por el miedo. Actuaron y tuvieron fe. No se definieron como víctimas. Sabían que siempre van a existir y que tienen un propósito, una misión.

El pueblo de Israel tenía fe, confianza y esperanza, que resultaron siempre ser más fuertes que cualquier enemigo.”