Foto: El distrito financiero de Tel Aviv.
S&P Global recortó el jueves las calificaciones a largo plazo de Israel a A+ desde AA-menos, señalando: “Prevemos que el déficit del gobierno general de Israel se ampliará al 8% del PIB en 2024, principalmente como resultado del aumento del gasto en defensa. … Actualmente vemos varios posibles riesgos de escalada militar, incluida una confrontación militar más sustancial, directa y sostenida con Irán”.
A principios de este mes, Fitch sacó a Israel de “observación de calificación negativa”, manteniendo su calificación A+. Sin embargo, la agencia destacó el conflicto de Israel con Hamás en Gaza como un factor de riesgo potencial.
En febrero, Moody’s rebajó la calificación crediticia de Israel debido a las preocupaciones sobre los riesgos de guerra. El Ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, criticó la decisión, argumentando que carecía de una justificación económica sólida y la comparó con un “manifiesto” pesimista.
El informe de S&P, publicado antes de los últimos informes sobre un ataque israelí en Irán, decía: “Actualmente vemos varios posibles riesgos de escalada militar, incluida una confrontación militar más sustancial, directa y sostenida con Irán. Israel está bajo presión internacional para limitar su respuesta al ataque del 13 de abril, mientras que Irán ha anunciado su intención de no intensificar la situación. Sin embargo, en nuestra opinión, persisten riesgos de accidente o de error de cálculo, especialmente si se producen más intercambios de disparos entre las dos partes. La expansión de los conflictos actuales podría presentar riesgos sociales y de defensa adicionales para Israel, lo que podría afectar una variedad de índices económicos y fiscales, en contraste con nuestro escenario básico”.
Destacando lo positivo, S&P destacó la solidez financiera de Israel, destacando su acceso a los mercados de capital globales, su superávit en cuenta corriente, su sólida posición de activos externos netos, sus sustanciales reservas de divisas hasta el mes pasado y sus bonos por valor de 8.000 millones de dólares emitidos en diferentes plazos (cinco, diez y 30 años). La fuerte dependencia de Israel de las exportaciones de alta tecnología se consideró ventajosa, y S&P sugirió que es poco probable que enfrente un daño significativo.
En el lado negativo, S&P ve críticamente la fuerte dependencia de Israel del apoyo financiero estadounidense, lo que puede leerse como una advertencia de que un cambio en la relación entre los dos países por una diferencia de opiniones sobre la actual guerra de Gaza, sobre Hezbolá o sobre Irán , podría resultar en un golpe sustancial a la economía de Israel.
S&P predice que el crecimiento económico de Israel en 2024 no superará el 0,5%, en comparación con el 2% en 2023.