Foto: Los residentes de Williamsburg, Brooklyn, se apoyan en una caja de ocho libras de paleta de res deshuesada hecha en México.
Los alimentos de Pésaj son cada año más caros y muchas familias tienen dificultades para llegar a fin de mes cuando se trata de comprar alimentos. El costo para una familia de cuatro personas durante Pésaj podría ascender a miles de dólares.
Una organización benéfica conocida como Chasdei Lev (de la bondad del corazón) instituyó una forma novedosa de ayudar a las familias religiosas. La organización con sede en Midwood, Brooklyn, está impulsada por una falange de voluntarios de cada comunidad a la que sirve el grupo. Hay seis ubicaciones para la distribución de alimentos y bienes en el estado de Nueva York (Brooklyn, Staten Island, Five Towns (condado de Nassau), Queens, Monsey (condado de Rockland), South Fallsburg (condado de Sullivan), dos ubicaciones en Nueva Jersey (Lakewood y Edison ) y uno en Connecticut (Waterbury). En total, hay 17 estados, 27 ciudades en Estados Unidos y dos ciudades en Canadá que se benefician de su generosidad.
“Chasdei Lev proporciona a miles de familias, principalmente a las de maestros en yeshivá alrededor del área de los tres estados”, dijo a The Jewish Press Josh Mehlman, presidente de la FJCC, Flatbush Jewish Community Coalition. “Usamos Floyd Bennett Field todos los años porque tenemos literalmente más de 100 camiones llenos de comida, apilados dos veces. Miles de familias se están beneficiando durante Yom Tov de la generosidad de los miembros de la comunidad que donan para que esto suceda.
“Este esfuerzo es una muestra de agradecimiento por retribuir a personas valiosas. Cada familia recibe una lista de más de 100 artículos para realizar pedidos. Todo está reservado. Este lugar atiende a 3.000 familias. Eligen cuántos de cada uno y qué les gustaría pedir. Les armamos el pedido, preapilados. Cada familia recibe más de $3,000 en alimentos, mercancías y artículos para el hogar. Da las gracias a los rabbeim de nuestros hijos de una manera única. Cada Rebe [o morá] recibe entre 40 y 50 cajas de artículos esenciales para Pésaj, incluidos pollo, carne, matzá, pescado, detergentes, artículos de papel, artículos de plástico y comida. Todo lo que podían pedir”, concluyó Mehlman.
El programa fue impulsado hace aproximadamente una década.
“El concepto detrás de esto comenzó porque sentimos que los rabbeim , a diferencia de los maestros de las escuelas públicas, no tienen los beneficios que dan las escuelas públicas, no tienen el aumento de salario cada año que dan las escuelas públicas. Eso es lo que los sindicatos pueden hacer. Los maestros de Yeshiva, los morahs , son los que más lo merecen y los que están peor pagados”, dijo Mehlman. “Los voluntarios crearon este concepto y lo han estado desarrollando desde que comenzó este programa”.
Este esfuerzo también enseña a los niños modales y cómo respetar a sus mayores.
“Es para decir gracias (todah) a los rabinos que enseñan en las ieshivá porque apreciamos su trabajo durante todo un año para educar a nuestros hijos. Esta operación de donación se realiza dos veces al año y se necesitan un par de meses antes de las vacaciones para coordinarla. Todo es voluntariado, una gran operación, y es un placer para las personas que se ofrecen voluntariamente ayudar a que esto suceda”, dijo Mehlman. “Dondequiera que haya una comunidad judía con ieshivá y Bet Yaakov, ahí es donde lo hacemos. Nuestra recompensa sería si pudiéramos hacer un poco por ellos, para ayudarlos a que les fuera más fácil, en Yom Tov, en Pésaj, y lo hacemos también en Rosh Hashaná y Sucot. Lo hacemos en septiembre y lo hacemos en abril”.
Además de que el aspecto operativo es un poco complicado, financiar esta operación también es costoso.
“Gastamos más de $9 millones de nuestro presupuesto para comprar estos productos. Las empresas no lo dan gratis. Lo dan a precio reducido. Somos el mayor comprador de muchos de los alimentos kosher para Pesaj debido al volumen que producimos”, dijo Mehlman. “Gran parte de esto es donado, parte subsidiado, las escuelas pagan una parte porque estamos ayudando a sus maestros y rabbeim , y el resto es mediante la recaudación de fondos. Recibimos un poco de financiación estatal y municipal. No es una porción significativa del presupuesto”.
Hay controles y contrapesos en esta operación para garantizar que la persona adecuada reciba su pedido y que aquellos que no sean elegibles para el programa sean rechazados para recibir cualquiera de los productos.
“Los bienes van a cada familia individual. No va a las escuelas. Las escuelas simplemente recomiendan quién debería recibir la donación. Las escuelas nos dan los nombres de los maestros y rabinos de la escuela. Luego tratamos con ellos directamente. Los ponemos en nuestra lista y el destinatario viene a recoger los obsequios”, dijo Mehlman. “Sentimos que es un poco lo que podemos devolver a los profesores que trabajan todo el año”.
