Sivan Rahav Meir
Entonces, ¿de cuál esclavitud quieres salir?
Tuvimos el privilegio de celebrar Shabat con unos 70 nuevos inmigrantes procedentes de todo el mundo, algunos de ellos soldados que están aquí solos, que fueron acogidos por iniciativa de la “Gran Sinagoga” de Jerusalem.
Les dije que el sábado anterior a Pésaj se llama “Shabat Hagadol” -el gran Shabat, y una de las explicaciones para tal es debido al gran milagro que ocurrió entonces:
El pueblo de Israel había tomado el cordero, que era considerado un ídolo de los egipcios, y lo preparaba para ser sacrificado en la noche del Éxodo.
Nuestros sabios explican que Egipto de aquel entonces era la cultura que se consideraba la más fuerte, ilustrada y avanzada del mundo. Tan pronto como tuvimos el coraje de hacer preguntas sobre lo que para ellos se consideraba una verdad absoluta, comenzó realmente nuestra liberación de Egipto.
Porque en el momento en que nos atrevemos romper con un concepto, cuando tenemos el valor de salir de las convenciones, de pensar de forma independiente, esto es un milagro mayor que las diez plagas que hubo en Egipto. Significa que hemos entendido quiénes somos y cuál es nuestra historia. Que tenemos una voz judía a ser escuchada por el mundo.
Les dije a los nuevos inmigrantes que tuvieron el privilegio de realizar tal milagro: podrían haber estado en Europa o en los Estados Unidos ahora mismo, pero se rebelaron contra los convencionalismos del entorno e inmigraron y llegaron a estar en el lado correcto de la historia, precisamente ahora.
No siempre es necesario tomar decisiones tan dramáticas en la vida, pero en medio de todos los preparativos y la limpieza, cada uno de nosotros debería preguntarse antes de Pésaj: ¿Cuál es el “ídolo” que debo derrumbar? ¿Qué debo abandonar para salir de la esclavitud hacia la libertad?
Que los preparativos sean agradables.