Por el Rab Mordejai Fish*
El Gran Rabino de la generación pasada, Marán HaRab Shaj zt”l, una vez estaba reunido con el famoso filántropo Rabí Moshé Raijman z”l. En un momento, el Rab Shaj fijó sus dulces ojos en él, y le dijo: “¡Rabí Moshé, sin duda tú no envidias mi Olam Habá, pues con tus grandes contribuciones a las instituciones de Torá, seguro tu Olam Habá es más grande que el mío! Pero en algo sí debes reconocer que me envidias: ¡En el placer de mi vida aquí en este mundo! Sin duda, coincidirás conmigo en que yo disfruto mucho más que tú de la vida… ¡Pues no hay ningún placer de la vida que se asemeje al de estudiar la sagrada Torá!”
El amor sin igual que los sabios sienten por la Torá es indescriptible. Los estudiantes de la Yeshivá de Ponevetz, que dormían por turno en la casa del Rab Shaj, contaron que era muy común verlo levantarse varias veces durante la noche para ir a la biblioteca, consultar algún libro, y luego regresar a dormir.
La gran pregunta aquí sería: “¿Cómo se llega a eso?”.
Pero, en verdad, la pregunta no debe ser “cómo se llega a eso” sino “cuándo se llega a eso”. Y la respuesta es: ¡En la fiesta de Shavuot!
Rabí Moshé Jaim Luzzatto z”l, el Ramjal, nos revela que cada año en la fiesta de Shavuot, Di’s desciende nuevamente para dar la Torá a todo aquel que realmente desee recibirla. A aquel que entra a Shavuot con la intención de conectarse con la sagrada Torá y dedicarse a ella, el Creador lo ilumina con una Luz Divina inmensa que lo llena de un gran amor a la Torá para siempre.
De hecho, según el Ramjal, en Shavuot nosotros celebramos no sólo aquella entrega de la Torá en el Monte Sinaí, sino también la entrega de la Torá que ocurre todos los años en este día sagrado.
Una vez vinieron algunos alumnos ante Rabí Meir Simja zt”l, el famoso autor del Or Saméaj y el Méshej Jojmá, para que les aclarara las palabras de Rashí sobre un tema de la Guemará. Ellos habían estado bastante tiempo tratando de comprender qué es lo que Rashí vino a explicar y qué le “molestaba” de la Guemará. El “Or Saméaj” leyó rápidamente la Guemará, levantó sus ojos sagrados y explicó las palabras de Rashí en forma increíble. Los alumnos se maravillaron de cómo en tan poco tiempo el Rab pudo explicarles aquel tema tan complejo.
El Or Saméaj les dio un ejemplo: “Cuando una niñera cuida a un bebé de pocas semanas de edad, y éste llora, ella jamás sabe lo que de verdad le molesta. ¡Pero cuando llega la madre, inmediatamente sabe qué le molesta a su bebé! ¿Por qué? ¡Porque la madre ama tanto a su bebé que también siente lo que le molesta!”.
Les dijo el Or Sameaj: “¡Cuando se ama mucho a Rashí, también se siente lo que le molesta!”
Todas las noches vemos un fenómeno notable: Después de un día lleno de arduo trabajo y actividades, jóvenes y adultos llenan los Baté Hamidrash y se dedican con persistencia al estudio de la Torá. ¡Eso demuestra, más que cualquier otra cosa, cómo el Creador trae desde el Cielo un espíritu de pureza sobre todos los que vienen a recibir la Torá!
Preparémonos adecuadamente para el día grande y santo de Shavuot. Pues una gran Luz puede llegar a cada uno de nosotros, si tan sólo vendremos con la intención genuina de apegarnos a la Torá y aferrarnos a esas palabras vivas del Di’s de la Vida.
¡Jag Saméaj para todos, y que siempre tengamos satisfacción de todos nuestros hijos!
¨*Mashguíaj de la Yeshivá Or Eljanán en Jerusalem
(Trad.: Rab Yehúda Levi)