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Enseñanza práctica

Enseñanza práctica

20 de junio de 2019

(Torah.org) El Midrash establece que las mechas del candelabro estaban dirigidas hacia fuera del recinto, para indicar que el propósito de dicho candelabro era ser un símbolo de la Providencia Divina más que proveer iluminación al Santuario. “Hashem proveyó la columna de fuego y luz para iluminar la travesía de los israelitas en el desierto por cuarenta años. Hashem difícilmente necesitaba la luz de la Menorá para iluminar el Santuario”.

El hecho que Hashem creó el sol, que provee luz al mundo entero, es una hazaña aún mayor que proveer luz en el desierto. ¿Por qué Su creación del sol no fue mencionada?

Una pregunta similar puede ser mencionada acerca de un versículo de los Diez Mandamientos: “Yo soy tu Di’s que te sacó de Egipto” (Shemot 20:2). ¿Por qué no decir: “Yo soy tu Di’s que creó el universo”?

La Torá nos está proporcionando una lección muy práctica. Si uno desea impresionar a alguna persona con algún concepto, presénteselo en una forma que implique una experiencia sensorial que le resulte familiar. Conceptos abstractos son frecuentemente difíciles de aceptar. Contrariamente a lo que dice un aforismo popular, ver no es creer. Ver es una experiencia sensitiva, y una persona en seguida se convence de una realidad que tiene a la vista. Uno debe cree en algo que no puede ver o tocar.

Nosotros creemos que Hashem creó el sol y todo el universo, pero ésta es una cuestión de fe. Es difícil, cuando se trata de una cuestión de fe, apoyarse sólo en la fe. Los israelitas no atestiguaron sobre la creación del sol y el universo. Ellos sí atestiguaron acerca de los extraordinarios milagros que el Todopoderoso realizó en Egipto, y ellos contemplaron la columna de fuego con sus propios ojos. Estas expresiones reales fueron la base de su fe.

La fe requiere una cuota de sofisticación. Luego de décadas de esclavitud, los israelitas no pudieron fácilmente captar abstracciones, y requirieron milagros para desarrollar su fe: “Israel vio la mano grande que Hashem infligió sobre Egipto; y las personas reverenciaron a Hashem, y ellos tuvieron fe en Di’s y en Moisés, Su siervo (Ibid. 14.31).

Nosotros deberíamos recordar que los niños también descartan las sofisticaciones, y pueden no captar fácilmente las abstracciones. Nosotros nos referimos a Di’s como “nuestro padre, nuestro rey”. Los niños pequeños piensan en Di’s como si fuera un padre, conceptualizándoLo como el padre que ellos conocen, y en sus jóvenes mentes ellos le atribuyen a Di’s las cualidades que ellos ven en sus padres.

Nosotros queremos que nuestros hijos crean que Hashem es justo, verdadero y compasivo. En consecuencia, es la responsabilidad del padre demostrar esas cualidades a sus hijos de una forma que ellos puedan verlas. Si el padre no es justo y compasivo, los niños van a desarrollar un concepto equivocado de Di’s, que luego les será difícil de erradicar cuando sean personas maduras.  

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