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Con todo el esfuerzo

Con todo el esfuerzo

Rab David Zaed

En esta perashá se relata el episodio en que Hebel ofreció a Hashem su ofrenda y le fue aceptada, razón por la que su hermano Caín se levantó sobre él y lo mató, pues la ofrenda suya no fue aceptada por Hashem.

¿Por qué fue aceptada la ofrenda de Hébel?

La respuesta la encontramos en las palabras del pasuk: “Y fue al cabo de unos días, y trajo Caín, de los frutos de la tierra, una ofrenda para Hashem. Y Hébel trajo también él de los primogénitos de su rebaño y de lo más granado. Y se fijó Hashem en Hébel y en su ofrenda. Y en Caín y en su ofrenda no se fijó…”. (Bereshit IV 3-5)

Marán Admu’r de Slonim ZT’L comenta al respecto: Cuando la Torá habla de la ofrenda de Hébel dice que trajo “de los primogénitos de su rebaño, de lo más granado”. Esto nos enseña que Hébel trajo:

  1. “De los primógenitos” – Los primeros que salieron no se los llevó para él, sino que se los dio como ofrenda a Hashem.
  2. “De su rebaño…”. El los crio y los cuidó. No fueron de los animales que crecieron solo en el campo.
  3. “De lo más granado”- De todo lo bueno que él tenía, trajo lo mejor.

Hébel se esforzó y cuidó con todo su corazón sus animales, y todo ese esfuerzo y esa intención los vio Hashem. Porque lo principal no es lo que se hace, sino cómo se hace. Y por esa misma razón no recibió la ofrenda de Caín, quien trajo lo que le vino a la mano y de lo peor de su cosecha (ver comentario de Rash’i). Lo que encontró, sin haberse esforzado nada, eso lo ofreció como ofrenda a Hashem.

Así pasa también con la persona en su servicio a Hashem. Lo que importa del cumplimiento de las Mitzvot es la manera que se cumplen.  Y esto lo sabe Hashem, Quien conoce todo lo que encierra el corazón de cada uno. En cambio, si para hacer una Mitzvá la persona se entrega y da lo mejor de sí, aunque no la haya hecho de la mejor manera, lo que califica Hashem es su intención, y esa Mitzvá va a ser aceptada y recibida con amor (Netibot Shalom II 274).

Y una prueba de lo antedicho es la frase que está escrita en el pasuk mencionado: “Y se fijó Hashem en Hébel y su ofrenda”. Observemos que no está escrito: “Y se fijó Hashem en la ofrenda de Hébel…”, sino que se fijó primero en él mismo y después en su ofrenda. Antes de recibir su ofrenda, Hashem se fijó en quién la traía y si puso entusiasmo y corazón en ella. Después de eso, aceptó la ofrenda.

Igualmente, si nos paramos a decir Tefilá. Las palabras que vamos a pronunciar son hermosas, sagradas, pero lo que quiere ver Hashem antes es si las pronunciamos con concentración y emoción. Si es así, esa Tefilá va ser considerada por Hashem como la más valiosas de las ofrendas.

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