10 de marzo de 2020
Cuando no se encontró a nadie más en Israel dispuesto a correr el riesgo, los voluntarios de Zaka se acercaron al lugar y atendieron el cuerpo de un hombre israelí que falleció el lunes mientras estaba en cuarentena por COVID-19.
El cuerpo del residente de Netanya, de 50 años, que recientemente regresó de Francia y falleció mientras estaba en cuarentena, yacía en el piso durante horas mientras las autoridades intentaban encontrar a alguien dispuesto a realizar los procedimientos para su entierro. Cuando se acercaba la medianoche, el Director General del Ministerio de Salud, Moshe Bar Siman-Tov, se dirigió al presidente de ZAKA, Yehuda Meshi-Zahav, y le pidió ayuda.
Un selecto equipo de voluntarios asumió la sagrada misión. Después de recibir un informe médico y ponerse ropa protectora, forjados con mesirut néfesh (entrega al servicio del prójimo) y emunah (fe), atendieron a fallecido en la habitación en la que había sido puesto en cuarentena. Envolvieron el cuerpo en varias bolsas y lo evacuaron al Instituto Forense Abu Kabir en Tel Aviv.
La ambulancia ZAKA fue desinfectada a fondo, pero este paso final resultó innecesario. Las pruebas realizadas en Abu Kabir mostraron que el cuerpo no estaba infectado con el coronavirus y aparentemente había fallecido de un ataque cardíaco.