Rav Dr. Abraham Twerski
12 de marzo de 2020
Esta porción de la Torá narra un evento trágico. A las pocas semanas del mayor evento espiritual de la historia, la revelación divina en el Sinaí, los Iehudim, que habían alcanzado un nivel de santidad angelical, cayeron precipitadamente en la idolatría del Becerro de Oro. ¿Cómo podría ocurrir un cambio tan radical?
El Rav Jaim Shmuelevitz explica que cuando Moshé no pudo regresar en la fecha designada, después de cuarenta días en el Sinaí, la gente pensó que había muerto. Estaban en un desierto árido, sin una fuente evidente de agua. Su única confianza era que Moshé podría interceder por ellos con Hashem, y si Moshé estaba muerto, quedarían atrapados en el árido desierto. Entraron en pánico y, en estado de pánico, uno puede perder toda capacidad de razonamiento y cometer los actos más absurdos.
Esta es una enseñanza crucial. El pensamiento lógico puede servirnos bien, pero si entramos en pánico, perdemos la capacidad de razonar lógicamente, y podemos hacer cosas que están muy fuera de línea con nuestra espiritualidad.
Podemos estar sujetos a presiones severas, ¡pero debemos evitar entrar en pánico!