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Matzá – El pan de la libertad y la pobreza

Matzá – El pan de la libertad y la pobreza

12 de abril de 2020

Quizás la característica más llamativa del festival de Pesaj es la del pan sin levadura conocido como matzá. Matzá juega un papel particularmente destacado en la noche del Séder, donde hay una obligación de la Torá de comer un kezayit de matzá. 
Sin embargo, el Maharal señala que parece haber una contradicción en cuanto a qué representa exactamente la matzá. Comenzamos la Hagadá levantando los matzot y afirmando: “Este es el pan del pobre que comieron nuestros antepasados ​​en la tierra de Egipto…”. Esta declaración se centra en la matzá como símbolo de la pobreza que el pueblo judío sufrió durante su esclavitud en Egipto. Mucho más tarde, en la Hagadah, levantamos nuevamente la matzá, sin embargo, en esta ocasión nos centramos en el hecho de que comimos matzá al escapar de Mitzrayim. En este sentido, se dice que la matzá representa la libertad de escapar de Mitzrayim. El Maharal pide que la matzá parezca representar dos conceptos separados y quizás incluso contradictorios; pobreza y libertad. ¿Cómo entendemos esta aparente contradicción? [1]
 
Para responder a esta pregunta, primero debemos entender los conceptos de esclavitud y libertad y luego examinar cómo se relaciona la matzá con ellos. El Maharal explica que una persona está esclavizada, en un sentido existencial, cuando está apegada a cosas que son externas a su esencia. Necesita esas cosas para darle un sentido completo de identidad y cuando las carece se siente deficiente. Además, se convierte en esclavo de ellos, ya que definen ciertos aspectos de cómo vive su vida. 
Un ejemplo obvio es alguien que tiene una adicción al alcohol o las drogas. Su necesidad de una “solución” impulsa su vida y determina mucho sobre cómo vive su estilo de vida. Un ejemplo menos obvio, pero más común, es cuando una persona está ‘esclavizada’ a sus posesiones materiales. Su apego a ellos a menudo puede determinar negativamente las decisiones de su vida. Por ejemplo, años antes del Holocausto, los judíos alemanes reconocieron la amenaza del régimen nazi. Como resultado, muchos de los judíos menos ricos decidieron escapar y abandonar sus propiedades. Sin embargo, a los judíos más ricos les resultaba mucho más difícil irse, debido a la riqueza que habían acumulado en Alemania. Trágicamente, muchos de estos judíos se quedaron en Alemania con graves consecuencias. La riqueza de estos pueblos determinó que cometieron un terrible error. A diferencia de esto, una persona libre es aquella que reconoce que su verdadera esencia es su alma, por lo tanto, no está en peligro de quedar atado por sus posesiones. Los ve como un medio para un fin mayor, pero nunca los ve como parte de su ser.[2]
El Maharal explica cómo se relaciona la matzá con estos conceptos. Matzá es la combinación de agua y harina en su forma más básica. Si se deja que la masa se eleve, se convierte en jametz, lo que representa una adición a la esencia pura de la matzá. En este sentido, la matzá simboliza el concepto de libertad; es decir, estar libre de cualquier cosa externa a la esencia de uno. Jametz, por el contrario, se crea cuando sube la levadura y se agrega a la combinación cruda de agua y harina. De esta manera, el jametz representa adiciones a la esencia pura de uno. 
Con este entendimiento, ahora podemos explicar cómo la matzá puede representar tanto la libertad como la pobreza. Es casi seguro que una persona que crece con un alto nivel de vida se acostumbrará tanto a este estándar que será extremadamente difícil para él romperlo, en cierto sentido, él está enganchado a él. Por ejemplo, una mujer que creció con un baño en suite para ella sola encontró muy difícil adaptarse para compartir un baño cuando se casó. En contraste, a quien comienza con muy poco equipaje externo (en forma de posesiones materiales) le resulta mucho más fácil evitar convertirse en meshubad (esclavizado) a cosas que son externas a sí mismo. 
En este sentido, la pobreza es altamente conducente a la forma de libertad que describe el Maharal. El pobre nunca se acostumbró a poseer numerosas posesiones, por lo que no está obligado por ellas. Esto explica cómo la matzá puede representar tanto la pobreza como la libertad. La pobreza es conducente a la libertad, porque la persona pobre no es malhumorada con el mundo físico y las posesiones materiales. En consecuencia, el “pan del pobre” que los judíos comieron en Mitzrayim representaba el hecho de que no tenían posesiones externas a su esencia. Como no tenían nada, les era mucho más fácil lograr la libertad de identificarse solo con su esencia pura. 
Uno puede preguntarse, ¿por qué era tan importante para el pueblo judío alcanzar este nivel de libertad en este momento en particular? La respuesta es que Yetsiat Mitzrayim fue el nacimiento de la nación judía como ‘Am HaShem’, un proceso que llevaría a la recepción de la Torá. Era esencial que, en este momento, estuvieran libres de cualquier “equipaje” externo que contaminara su verdadera esencia. El hecho mismo de que fueran tan pobres durante su mandato como esclavos en Mitzrayim facilitó su capacidad de comenzar su nuevo papel como Am HaShem.
En Pésaj, y en la noche del Séder en particular, tratamos de recuperar esta sensación de libertad que nuestros ancestros alcanzaron cuando dejaron Mitzrayim. Comemos matzá como un recordatorio simbólico de la necesidad de despojarnos de las cosas que son externas a nosotros y de encontrar nuestra esencia pura. [3]   Por supuesto, es insuficiente simplemente realizar los rituales sin tratar de internalizar sus mensajes.
Pésaj es un momento para examinar nuestro nivel de libertad; evaluar cuán meshubad somos para cosas que son externas a nosotros; y recordarnos nuestra verdadera esencia, nuestras almas y recordar que nuestros logros espirituales son las únicas cosas de verdadero valor.
 

Notas y fuentes


[1] Maharal, Hagadah Shel Pésaj, Divrei Negidim, p.51.

[2] Escuché del Rav Aaron Lopiansky shlita.

[3] Hay otros aspectos de la noche del Séder que aluden a este concepto de libertad. El Maharal escribe además que el minhag para usar un kittel#en la noche del Seder se basa en esta idea. El kittel es una túnica blanca simple, que representa la esencia pura sin ninguna adición externa. Del mismo modo, uno no puede cumplir la mitzvá del matzá comiendo matzá ashirá (matzá que tiene ingredientes adicionales); esto también se debe a que representa adiciones a la esencia pura de uno (escuchado por el shlita Rav Aaron Lopiansky).

(Hidabroot)

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