Sivan Rahav Meir
2 de octubre de 2020
Crédito: Pinteret.
¿Cuál es el secreto que podemos aprender este año de los Ushpizin (los siete invitados especiales de la historia de Israel los cuales invitamos a la Sucá)? Desafortunadamente nos está prohibido recibir verdaderos invitados, pero a los Ushpizin los invitamos, inclusive sin mantener distanciamiento social.
Abraham, Itzjak, Yaacov, Iosef, Moshé, Aharón y David. Es la costumbre a cada noche “invitarlos” a la Sucá. Así que, ¿cuál es el mensaje que nos traen ellos, en especial en este año?
Cuando miramos a la historia de sus vidas, vemos que ellos consiguieron sobreponerse a situaciones difíciles y problemas de todo tipo. Abrahan abandonó su tierra natal y llegó a Israel para de allí irse a Egipto y luego volver. Itzjak se enfrentó a enemigos en su caminar por la tierra de Israel. Iaacov huyó a Jarán, volvió a Israel y bajó a Egipto. Iosef fue vendido por sus hermanos, terminó en una prisión egipcia. Moshé fue escondido en una cesta en el rio Nilo, creció en el palacio del Faraón y de allí se fue a Midián. Aharón, su hermano vagó con Moshé durante 40 años en el desierto rodeado de desafíos. También la vida de David fue una secuencia de guerras y rebeliones.
Nuestros ancestros vivieron vidas pasajeras de “Sucá”, sin un hogar permanente. Pero, a pesar de todos los caminos accidentados y desafíos que encontraron, cada uno de ellos se construyó a sí mismo a partir de ello: enseñaron, se educaron, hicieron el bien y se transformaron en personajes significativos, eternos y poderosos. Ellos no pospusieron todo hasta “después de la crisis”. Todo lo contrario. Entendieron que el momento en la vida está en el ahora, en medio al torbellino. En vez de esperar a que llegara la tranquilidad para empezar a hacer aquello que es importante supieron adelantarse, principalmente cuando todo a su alrededor tambaleaba.
Es importante hacer entrar este mensaje este año a la Sucá y tratar de aprender de ellos como comportarse en estos momentos de crisis.
Jag Saméaj