Foto: Jona Laks, sobreviviente de los experimentos con gemelos del Dr. Josef Mengele y su nieta, Lee Aldar, se paran junto a la puerta con el lema “Arbeit macht frei” (“El trabajo te libera”) mientras comienzan su visita al campo de exterminio de Auschwitz en Oswiecim, Polonia 26 de enero de 2020. Foto: Reuters / Nir Elias.
Israel convocó al embajador de Polonia el domingo para expresar su “profunda decepción” por un proyecto de ley polaco que, según los críticos, hará que sea más difícil para los judíos recuperar las propiedades incautadas por los ocupantes nazis del país durante la Segunda Guerra Mundial y luego mantenidas por los gobernantes comunistas de la posguerra, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores.
La cámara baja del parlamento de Polonia aprobó el jueves un proyecto de ley que introduce un estatuto de limitaciones a las reclamaciones de restitución de propiedad, lo que generó una furiosa respuesta del ministro de Relaciones Exteriores israelí, Yair Lapid, quien lo calificó de “vergüenza”.
Un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel dijo que la legislación podría afectar hasta el 90% de las solicitudes de restitución de propiedad de los sobrevivientes del Holocausto y sus descendientes.
“Este no es un debate histórico sobre la responsabilidad del Holocausto, sino una deuda moral de Polonia con aquellos que fueron sus ciudadanos y cuyas propiedades fueron saqueadas durante el Holocausto y bajo el régimen comunista”, dijo el comunicado.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Polonia, a su vez, convocó al encargado de negocios de Israel en Varsovia para el lunes, dijo el domingo el viceministro de Relaciones Exteriores Pawel Jablonski.
Casi todos los judíos de Polonia, unos tres millones de personas, fueron aniquilados en el Holocausto nazi. Los antiguos propietarios judíos y sus descendientes han estado haciendo campaña para obtener una compensación de Polonia desde la caída del comunismo en 1989.
La legislación implementaría un fallo del Tribunal Constitucional de 2015 que establece que debe haber un plazo después del cual las decisiones administrativas defectuosas ya no pueden ser impugnadas. La ley fija este plazo en 30 años.
El legado de la Segunda Guerra Mundial y la legislación polaca relacionada ha tensado previamente los lazos entre Polonia e Israel. Miles de polacos arriesgaron sus vidas para proteger a sus vecinos judíos durante la guerra. Pero una investigación publicada desde 1989 mostró que miles también mataron judíos o denunciaron a los que los escondían ante los ocupantes alemanes.
En 2018, el gobierno se vio obligado a dar marcha atrás y eliminar partes de una ley del Holocausto que imponía penas de cárcel a las personas que sugerían que la nación era cómplice de los crímenes nazis, lo que enfureció a Estados Unidos e Israel.