Rav Dr. Abraham Twerski Z”L
La Torá dice que, si una persona hace un voto, “no profanará su palabra, según lo que salga de su boca, él hará”.
La Torá pone gran énfasis en la veracidad. Romper la palabra de uno es una “profanación” del habla.
Es probable que los animales se comuniquen entre sí, pero no tienen el habla sofisticada que tiene el hombre. El habla es un regalo sagrado, y la mentira es una profanación.
La adicción y la mentira son inseparables. El adicto pierde todo sentido de verdad, y hasta que uno se recupere y viva en la verdad, no puede haber relaciones significativas.
Una dedicación absoluta a la veracidad es la piedra angular de la recuperación.