Foto: Central Park en Nueva York. Foto: Wikimedia Commons / Tyler Loveless
Un grupo de maestros de escuelas públicas de la ciudad de Nueva York envió un mensaje claro al final del año escolar: sus aulas ya no son un espacio acogedor o seguro para los estudiantes judíos.
Este grupo, llamado “Educadores de la Ciudad de Nueva York para Palestina”, publicó una carta que describe una serie de opiniones inquietantes y odiosas sobre Israel.
Sin contexto, la carta declara que Israel mató a 212 palestinos el mes pasado. La carta no menciona cuántos de los muertos eran combatientes de Hamas o de la Jihad Islámica Palestina (PIJ), a diferencia de civiles.
También omite el hecho de que los 680 cohetes fallidos disparados por militantes palestinos que se quedaron cortos y mataron a habitantes de Gaza causaron múltiples bajas. No se menciona en absoluto a la organización terrorista Hamas, ni a los 4.300 cohetes disparados contra civiles israelíes en el transcurso de menos de dos semanas.
Estos educadores afirman que quieren ayudar a sus estudiantes a comprender el mundo, pero su carta hace todo lo contrario. Su encuadre unilateral de la escalada entre Israel y Hamas del mes pasado hace un flaco favor a cualquiera que lo lea, incluidos los estudiantes de las escuelas públicas de Nueva York. Al tergiversar el conflicto de esta manera, no sólo les da la mano como educadores deshonestos, sino que también deja en claro que los estudiantes judíos no están seguros en sus aulas.
Mientras Nueva York es testigo de un aumento vertiginoso de las tasas de delitos antisemitas, una carta que impulsa la adopción formal de una posición que acusa a Israel de terrorismo, censura sionista y limpieza étnica, todos los puntos de conversación utilizados en el acoso selectivo y los ataques violentos contra los judíos, es intolerable y peligrosa.
Párrafo por párrafo, la carta trafica falsedades. Promueve la falsa acusación de que Israel tiene un “programa de limpieza étnica de palestinos, que son autóctonos de la tierra entre el río Jordán y el mar Mediterráneo”, cuando en realidad no se lleva a cabo tal limpieza étnica. Esta declaración también ignora el hecho de que el pueblo judío es indígena de la Tierra de Israel.
En una afirmación especialmente atroz, la carta dice: “Este es dinero tomado de las familias de la ciudad de Nueva York por una potencia nuclear con uno de los ejércitos tecnológicamente más avanzados del mundo”. El estado judío no está “tomando” dinero en absoluto de las familias de Nueva York, y el lenguaje de esta oración engaña intencionalmente a los lectores y refuerza los tropos antisemitas del poder y la codicia judíos.
La carta luego pide a los educadores sindicalizados de la ciudad de Nueva York que presionen a sus sindicatos para que respalden el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) contra Israel, el mismo movimiento antisemita que ha atacado a los judíos en los campus universitarios.
Según la Iniciativa AMCHA, una ONG que monitorea las tendencias del antisemitismo, hay casi seis veces más probabilidades de encontrar actividad antisemita en las escuelas donde los profesores han respaldado un boicot a Israel. Además, las escuelas con más profesores boicoteadores tienden a tener más incidentes que tienen como objetivo a los estudiantes judíos para dañarlos.
El grupo anónimo de educadores que firmaron esta carta se comprometió no solo a apoyar esta causa, sino también a integrar este lenguaje odioso en sus planes de estudio. Este compromiso deja clara la intención de crear un entorno de aprendizaje hostil para más de 100.000 estudiantes judíos y de radicalizar a cientos de miles de otros niños contra Israel y los judíos. Las posibles consecuencias de que a los jóvenes estudiantes se les enseñe información errónea y dañina sobre la historia y la patria de sus compañeros judíos no pueden subestimarse.
Dada la amenaza a la seguridad del pueblo judío en Nueva York y en todo el país como resultado de la retórica antiisraelí , oponerse a este intento de secuestrar el sistema escolar público es un asunto de importancia nacional. No se debe permitir que los educadores de las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York adopten una posición que fomente el odio y perpetúe la violencia.
Como educador judío, soy un orgulloso heredero de una tradición que ha puesto la educación seria y rigurosa al frente y al centro durante milenios. Pero la enseñanza tiene muy poco valor a menos que la materia se enseñe con la intención de hacer del estudiante una mejor persona. Como dijo el Lubavitcher Rebe Menachem Mendel Schneerson, uno de los líderes más destacados de la judería moderna: La educación debe ser “educación moral”.
El Departamento de Educación de la Ciudad de Nueva York y todas las demás partes interesadas relevantes deben prestar atención a las palabras de Rebbe Schneerson y alentar a los maestros de las escuelas públicas a comprometerse con la educación moral al rechazar el vitriolo de esta carta.
*Sasha Goodman es una educadora judía radicada en Nueva York que ha trabajado con estudiantes de varios grupos de edad en Estados Unidos e Israel. (Algemeiner
