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¿Están nuestras relaciones en un estado inanimado, vegetativo, viviente o parlante?

¿Están nuestras relaciones en un estado inanimado, vegetativo, viviente o parlante?

Sivan Rahav Meir (Desde Israel)

El rabino Micki Yosefi nos habló en un taller de “Mitjadshot” sobre una herramienta para la terapia de pareja y el diagnóstico de relaciones interpersonales. Según él, hay, en una relación de parejas y en el sistema de las relaciones humanas, cuatro niveles: el nivel de inanimado, vegetativo, viviente y parlante. 

Inanimado: Desde el exterior parece ser que no hay peleas ni gritos, pero tampoco hay energía vital. Todo está quieto, inanimado. En esta relación nadie habla de lo que le molesta, nadie comparte, todo es muy solitario. Este es el nivel más bajo en el desarrollo de alguna relación.  

Vegetativo (en crecimiento): Aquí la situación ya no es inanimada, ya hay alguna expresión de emoción, pero no de una manera real. Por ejemplo: Alguien sale de la habitación dando un portazo. Él no explica que ha pasado, por lo que se le debe preguntar: ¿Qué te molesta? ¿Por qué estás enojado? Por lo menos él no se queda completamente en silencio, pero, aun así, no es una manera saludable de vivir. Este es un comportamiento infantil, como la de un bebé que llora y del cual es necesario averiguar el por qué lo está haciendo. Para las personas adultas, ésta es una relación muy agotadora… 

Viviente: Aquí la contraparte si habla, pero no dice lo que quiere, lo que necesita. Sólo expresa acusaciones y quejas. Este es, por supuesto, un rango mejor que el inanimado y vegetativo, pero aún no está bien. Se expresa, por ejemplo, así: “¿Por qué no me compraste un regalo de cumpleaños?”  

Todo está lleno de emociones y sentimientos de culpa. 

Parlante: esta es una relación corregida. En ella comparto con el otro, cuento lo que siento, honestamente le digo al otro lo que es bueno y lo que es malo para mí. Inclusive si la contraparte no se encuentra en el mismo nivel de apertura y sinceridad, inclusive si él está trabado en un nivel más bajo, yo actúo de acuerdo con lo que es correcto, con la esperanza de que el otro se transforme en parlante también. 

El desafío, dijo el rabino Micki Yosefi, es saber primero en qué rango estoy y luego tratar de ascender y mejorar, juntos. 

¡Que tengan éxito!

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