Shmuel Peleg, el abuelo de Eitan Biran, quien perdió a sus padres y a su hermano menor en el desastre del teleférico italiano, llega para una audiencia en la corte el 11 de noviembre de 2021.
Italia ha exigido la extradición de Shmuel Peleg, el abuelo de Eitan Biran, de cinco años, que perdió a su familia en el desastre de un teleférico en mayo pasado. Las autoridades italianas están sopesando enjuiciar a Peleg por secuestro por traer al niño a Israel en una operación encubierta en un avión privado, después de que el niño fuera dado de alta de un hospital en Turín.
El desastre se cobró la vida de 14 personas cuando el cable de plomo se rompió y el freno de emergencia no se accionó. Entre las muertes se encontraban cinco israelíes de una familia: Amit Biran y Tal Peleg-Biran, su hijo Tom de dos años y los abuelos de Tal, Yitzhak y Barbara Cohen.
Foto: El pequeño Eitan Biran con sus padres y su hermano antes del accidente del teleférico. / Captura de pantalla de YouTube
En octubre, la jueza israelí Iris Ilotovich-Segal del tribunal de familia de Tel Aviv ordenó que Eitan fuera devuelto a sus familiares, en “el lugar de su residencia normal, que es Italia”, donde había vivido desde la infancia. La tutora legal de Eitan, su tía paterna Aya Biran-Nirco, es una israelí que vive en Italia y presentó una demanda en virtud de la Convención de La Haya contra el abuelo por secuestrar al niño.
La juez también escribió en su decisión que “es de suma importancia centrarse en la condición médica y emocional del menor y brindarle el apoyo, el tratamiento y el abrazo que necesita luego de la tragedia que le sucedió a él y a su familia”.
El juez también ordenó al abuelo del niño pagar $20,000 en gastos y honorarios de abogados.
Se espera que el pequeño Eitan sea el destinatario de millones de euros en compensación por su gran pérdida personal.
El abogado del abuelo, Uri Korev, le dijo a 103FM el lunes que su cliente no tenía intenciones siniestras. “Fue una situación trágica cuando un hombre que había perdido a su familia y estaba en su momento más difícil, fue a Italia y actuó bajo el asesoramiento legal de que, dado que había una disputa legal, se le permitió sacar al niño del país. Como él lo vio, no hubo secuestro y no hubo ningún incidente ilegal”.
El abogado fue muy generoso con las opciones de su cliente: “Vino a Israel, fue a su propia casa, todas las autoridades sabían dónde estaba. No escondió al niño, llegó a Israel como un ciudadano israelí que toma la custodia de su nieto para que el Estado de Israel pueda decidir la disputa legal entre él y la familia”.
Esperemos que la parte israelí pueda persuadir a los italianos de que dejen en paz al abuelo después de haber soportado la peor tragedia que un hombre puede enfrentar. Incluso si se pasó de la raya e infringió la ley, el niño está de vuelta donde debe estar y de nada se ganaría haciendo llover mucha justicia italiana sobre la cabeza de este pobre hombre.
