Foto: Un hombre palestino revisa las casas destruidas, que resultaron dañadas en un ataque israelí durante los combates entre Israel y Gaza, después de que se acordara un alto el fuego entre las facciones palestinas e Israel, en Deir Al-Balah, en el centro de la Franja de Gaza, el 14 de mayo de 2023. Foto: Reuters/Ibraheem Abu Mustafá

La vida en ambos lados de la frontera con la Franja de Gaza comenzó a volver a la normalidad el domingo después de que un alto el fuego mediado por Egipto detuviera cinco días de enfrentamientos entre Israel y la Yihad Islámica, en los que murieron 34 palestinos y un israelí.

Israel reabrió sus cruces fronterizos comerciales y de mercancías, permitiendo que el combustible fluya hacia la única planta de energía en el enclave costero bloqueado. Las tiendas y las oficinas públicas reabrieron y las multitudes regresaron a las calles que habían estado desiertas durante días.

Ambas partes confirmaron el cese de las hostilidades, pero dieron diferentes interpretaciones de las condiciones, como si Israel pondría fin a los asesinatos selectivos de los principales militantes palestinos.

Sin embargo, la tregua se puso a prueba cuando las sirenas sonaron en el sur de Israel menos de 24 horas después de haber entrado en vigor. Los militantes de Gaza dispararon un cohete contra Israel que golpeó un área abierta. Los grupos militantes dijeron que el lanzamiento había sido un “error técnico”.

El ejército de Israel dijo que respondió con tanques que atacaron dos puestos de avanzada pertenecientes al grupo islamista Hamas. No se reportaron heridos en ninguno de los lados.

Los combates de la semana pasada, los más largos desde una guerra de 10 días en 2021, comenzaron cuando Israel lanzó una serie de ataques aéreos en las primeras horas del martes, anunciando que tenía como objetivo a los comandantes de la Yihad Islámica que habían planeado ataques en su contra.

En respuesta, el grupo respaldado por Irán disparó más de 1.000 cohetes, lo que provocó que los israelíes huyeran hacia los refugios antiaéreos. En áreas del sur de Israel alrededor de Gaza, las escuelas aún estaban cerradas el domingo y muchos de los miles de residentes que habían sido evacuados aún no habían regresado.

“Regresar de una situación así no es sencillo”, dijo Gadi Yarkoni, alcalde de varias ciudades israelíes en la frontera de Gaza, a la estación de radio 103 FM.

Funcionarios palestinos dijeron que 33 personas, incluidos 18 militantes, así como mujeres y niños, murieron en Gaza. En Israel, una mujer israelí y un trabajador palestino fueron asesinados por cohetes de Gaza.

Haciéndose eco de la preocupación mundial por la violencia en Gaza, el Papa Francisco expresó su esperanza en su mensaje dominical de “que las armas callarán, porque con las armas nunca se logrará la seguridad y la estabilidad. Al contrario: incluso toda esperanza de paz seguirá siendo destruida”.

La Yihad Islámica rechaza la coexistencia con Israel y predica su destrucción. Los principales ministros del gobierno nacionalista religioso de Israel descartan cualquier estado buscado por los palestinos en los territorios capturados por Israel en la guerra de Oriente Medio de 1967.

Diferencia en términos

Mohammad Al-Hindi, un alto funcionario de la Jihad Islámica que negoció un alto el fuego en El Cairo con funcionarios egipcios, dijo en un comunicado el domingo que el grupo estaba preparado para detener sus lanzamientos de cohetes a cambio del acuerdo de Israel de dejar de atacar casas, civiles, y líderes militantes.

“Estamos comprometidos con el acuerdo de calma mientras el enemigo lo respete”, dijo.

Pero Israel negó haber hecho tales compromisos, y solo dijo que mantendría el fuego mientras no hubiera una amenaza.

“He dicho una y otra vez: cualquiera que nos ataque, cualquiera que intente atacarnos, cualquiera que intente atacarnos en el futuro, perderá su sangre”, dijo el primer ministro Benjamín Netanyahu en su reunión semanal de gabinete en Jerusalem.

Las fuerzas israelíes habían “concluido con éxito cinco días de lucha contra el grupo terrorista Yihad Islámica”, dijo en los comentarios televisados, sin mencionar un acuerdo de alto el fuego.

Hamás, el grupo islamista que controla Gaza, no participó en los combates.

No está claro cuánto tiempo se mantendrá el último alto el fuego.

“Seguiremos haciendo todo lo que se debe hacer con una sola consideración: lo que sirve a los intereses de seguridad del Estado de Israel”, dijo a la radio Kan el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, miembro del gabinete de seguridad de Netanyahu.

En Gaza, la gente estaba recogiendo los pedazos después de días de bombardeos que, según Israel, tenían como objetivo los centros de mando de la Yihad Islámica y otra infraestructura militar, pero que también dañaron o destruyeron decenas de casas.

“Esta es mi habitación, tenía los juguetes con los que solía jugar y los libros que solía estudiar, no quedaba nada”, dijo Ritaj Abu Abeid, de 12 años, mientras estaba de pie dentro de su habitación destrozada.

Maddah Al-Amoudi, de 40 años, uno de los 3.000 pescadores de Gaza a los que se les impidió salir al mar, también acogió con satisfacción el regreso a la normalidad.

“No tenemos alternativa al mar. Si hay trabajo en el mar podemos ganar dinero y comida para nuestros hijos y si no hay mar, no hay nada”.

(Reuters)