Sivan Rahav Meir
Todos conocemos ese tipo de situación: accedemos a nuestro celular sólo para enviar un email o recuperar el número de teléfono de un contacto, y notamos que hemos recibido varios mensajes en WhatsApp. Los contestamos y luego desarrollamos una conversación con varias personas al mismo tiempo, y mientras tanto ya entramos en la aplicación del banco y también nos actualizamos con las noticias o buscamos que hay de nuevo en los sitios de compras… Y sin darnos cuenta nos encontramos enfrascados en la pantalla durante largos minutos, en cuanto que nos hemos olvidado por completo del correo electrónico por el cual accedimos el celular en primer lugar.
En la parashá de esta semana, Parashat Beahalotejá, hay una instrucción especial sobre cómo encender las velas en la Menorá del Templo: Es necesario acercar el fuego a la vela que se está encendiendo, hasta que la misma pueda encenderse de forma independiente. “Hasta que la llama suba por sí sola”, escribe Rashi. Es necesario trabajar y encender el fuego, pero no seguir adelante antes de que la vela arda por sí sola. Sólo entonces, cuando la tarea se ha terminado por completo, se puede pasar a la siguiente vela.
Jani Weinroth Z”L pensó sobre aquello que este requisito crea en la persona que enciende la Menorá: tiene que trabajar despacio, con paciencia, encender vela tras vela y no correr hacia la siguiente vela de la fila antes de que la vela anterior esté correctamente encendida. La persona no pasa a la siguiente tarea hasta que la tarea anterior haya sido completada hasta el final.
En una era en que la tecnología hace cada vez más extrema nuestra distracción, he aquí un recordatorio: Hay que trabajar paso a paso, con mesura, concentración y atención.