Foto: Propietario de restaurante / EMT voluntario salva a un bebé.
Un bebé se atragantó con un cubito de hielo durante la cena del pasado jueves por la noche. Afortunadamente, su madre sabía que el dueño del restaurante vecino, Moshe Amano, era voluntario de United Hatzalah. Sin perder un momento, corrió al restaurante y pidió ayuda desesperada.
Moshe tomó rápidamente al bebé de sus brazos y evaluó la gravedad del bloqueo. La bebé no respiraba y sus ojos estaban en blanco, una clara indicación de una emergencia extrema.
Sin dudarlo, Moshe colocó suavemente a la niña sobre su estómago, sosteniéndola con su mano. Le dio golpes precisos en la espalda entre sus pequeños hombros, con el objetivo de desalojar el cubo de hielo que obstruía y restaurar su respiración.
Moshe se mantuvo concentrado y decidido con cada golpe bien colocado. Finalmente, después de varios momentos de tensión, el cubo de hielo se desprendió y el bebé jadeó por aire. Una ola de alivio inundó a la aterrorizada madre cuando el color de la piel de su hija volvió a la normalidad, lo que da fe de su recuperación. El EMT/dueño del restaurante aseguró a la madre que su bebé estaba fuera de peligro y se la devolvió.
Acerca de la intensa situación, Moshe reflexionó: “En momentos como estos, cada segundo cuenta. Mi único propósito era hacer todo lo que estuviera a mi alcance para salvar esa preciosa vida. Estoy agradecido de poder estar allí para el bebé y su madre cuando más necesitaban ayuda”.
(Jewish Press)
