La ministra de Asuntos Exteriores de Libia, Najla el-Mangoush.
El primer ministro libio, Abd al-Hamid al-Dabaiba, suspendió el domingo a su ministra de Asuntos Exteriores, Najla el-Mangoush, e inició su investigación después de que ella se reuniera con el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Eli Cohen, la semana pasada, informó Asharq Al-Awsat el lunes. La reunión tuvo lugar a pesar de que Israel y Libia no tienen relaciones diplomáticas.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Libia emitió un comunicado diciendo que el-Mangoush rechazó una reunión con representantes israelíes y que lo que tuvo lugar fue “un encuentro casual y no preparado durante una reunión en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia”.
El Ministro Cohen emitió una contradeclaración, insistiendo: “Hablé con el Ministro de Relaciones Exteriores sobre el gran potencial que tienen sus relaciones para los dos países”.
Cohen dijo que había hablado con el-Mangoush sobre la importancia de preservar la herencia judía en Libia.
Los judíos se establecieron por primera vez en Libia a principios del primer milenio y en el año 115 encabezaron una sangrienta rebelión contra el Imperio Romano que se extendió a muchas comunidades judías de la diáspora. En vísperas de la declaración de independencia de Israel, se estimaba que 38.000 judíos vivían en Libia, la mayoría de los cuales partieron hacia Italia e Israel.
Los medios de comunicación árabes informaron el domingo por la noche, citando a funcionarios de seguridad, que el ministro el-Mangoush había abandonado Libia y volado a Turquía en un avión propiedad del gobierno, con la asistencia de la Agencia de Seguridad Interna de Libia.
Los primeros informes de su partida surgieron en las redes sociales después de que un avión comercial Falcon perteneciente al gobierno libio partiera a una hora inusualmente tardía y aterrizara temprano en la mañana en Estambul.
Dentro de Israel, inicialmente hubo mucha culpa sobre quién filtró la reunión: los empleados del Ministerio de Relaciones Exteriores culparon al Ministro de Relaciones Exteriores, y el Ministro de Relaciones Exteriores culpó a los empleados. Al final, el Ministerio de Asuntos Exteriores emitió un comunicado según el cual ni el Ministro ni los empleados del Ministerio filtraron la reunión.
(Jewish Press)
