Sivan Rahav Meir
A veces nos asustamos a nosotros mismos. En la Parashá que leímos en Shabat, hay una lista de bendiciones, y también de maldiciones que pueden ocurrir: guerra, hambruna, enfermedades y más. Pero hay una maldición que es particularmente interesante, porque no es exactamente tangible:
“Estarás aterrorizado día y noche-no creerás en tu vida”.
Los comentaristas explican que esta maldición no es objetiva, sino subjetiva. En realidad, no hay nada que temer, y, aun así, la persona llega a un estado en el cual el miedo la paraliza, tanto de noche como de día, a tal punto de que simplemente se siente ansiosa y preocupada y no cree en su vida. De hecho, es un miedo sin razón, sin que haya una amenaza real.
“No hay miedo allí, pero tendrás miedo”, escribe el rabino Naftali Zvi Yehuda Berlin – y ésta es exactamente la esencia de la maldición. La persona olvida que, aunque haya dificultades, el mundo en su conjunto es bueno, que las cosas pueden cambiar para mejor, que se pueden arreglar y que hay sentido en la existencia de cada uno de nosotros.
¿Y nosotros? Si “No creerás en tu vida” es una maldición escrita en la Torá, de allí que debemos intentar vivir de manera opuesta, debemos intentar vivir la bendición: “Cree en tu vida”.
Que tengamos el mérito de llegar a ello. ¡Buena semana!