Durante nuestro viaje por el desierto, las doce tribus se agruparon en cuatro divisiones cuando acamparon alrededor del tabernáculo. El rabino Shlomo Ephraim de Praga, el Kli Yakar (1550-1619), en Números 2:3, explica que más allá de la logística y la jerarquía tribal involucradas en la colocación, había un significado más profundo. Afirma que cada una de las tribus acampó en una dirección diferente por una razón. Cada punto de la brújula representa diferentes rasgos y el orden en que el hombre debe adquirir esos rasgos en su viaje por la vida. Basa su fórmula en el Talmud y Maimónides.
La primera división, en el frente oriental, bajo el liderazgo de la tribu de Judá, incluía las tribus de Yissajar y Zevulún. Juntos representan el atributo de la Sabiduría que según el Kli Yakar es el primer paso y la base del crecimiento y desarrollo.
La segunda división, en el frente sur, bajo el liderazgo de la tribu de Reuven, incluía las tribus de Shimón y Gad. Representan el atributo de la Humildad. Este es el segundo paso para cualquier tipo de crecimiento verdadero.
La tercera división, en el frente occidental, bajo el liderazgo de la tribu de Efraín, incluía las tribus de Menashé y Binyamín. Representan el atributo del Coraje. Este es un requisito para el éxito.
La cuarta y última división, en el frente norte, bajo el liderazgo de la tribu de Dan, incluía a las tribus de Asher y Naftali. Representan el atributo de la riqueza. La riqueza permite a una persona hacer realidad todos los demás rasgos.
El Kli Yakar cita el Talmud de Babilonia (Tratado Shabat 92a) que dice: “La Presencia Divina sólo habita en aquel que es sabio, rico, valiente y humilde”.
Cuando las cuatro divisiones, cada una con sus propios rasgos y fortalezas, se unen por el servicio común y central de Dios, es cuando nos acercamos al ideal.
Shabat shalom
Dedicación: Al Día de Jerusalem, la celebración de la victoria de la Guerra de los Seis Días, la reunificación de Jerusalén y la devolución de gran parte de la tierra ancestral al pueblo judío.