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Los Diez Mandamientos en tiempos de guerra: ¿Por qué este año son especialmente importantes?

Los Diez Mandamientos en tiempos de guerra: ¿Por qué este año son especialmente importantes?

Sivan Rahav Meir

Unas pocas palabras, que son más eternas que cualquier discusión política, especialmente este año, sobre la importante festividad que se acerca: Una estudiante judía de la Universidad MIT visitó Israel y después de describir las hipócritas manifestaciones pro-Hamas en su campus me dijo: “Lo que el mundo más necesita ahora es una fe clara, una visión, claridad moral”.

Ella tiene razón y es ésta exactamente la esencia, el corazón de la fiesta de Shavuot en la cual celebramos el recibimiento de la Torá, el evento en el Monte de Sinaí donde recibimos los Diez Mandamientos.

En el vergonzoso e inolvidable debate en el Congreso estadounidense, tres rectoras de universidades no tuvieron el valor de decir que los llamamientos al genocidio del pueblo judío van en contra del “código moral” de la institución que dirigen.

Así que, el verdadero código moral está en la Torá, la cual se lee en Shavuot, dice: “¡No matarás!”. Este año este versículo resuena y clama de manera especial. No matarás, pero tampoco apoyarás una cultura que “mata” a todos. No le darás logros internacionales, no le mostrarás respeto, no te inclinarás ante esta cultura. Quienes guardan un minuto de silencio en la ONU en memoria del terrorista iraní Raisi, no interiorizó a profundidad el no matarás. Y muchos embajadores occidentales se pusieron de pie, cuando allí se bajó la bandera a media asta.

El mundo está confundido. Tiene dificultad en distinguir entre el bien y el mal. Y frente al mundo entero nos paramos y expresamos, especialmente este año, la base de la moral humana. La esencia misma de saber que hay la verdad y hay la mentira, ya es una gran verdad: “Yo soy el Señor vuestro Di’s, que os saqué de la tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud”.

Hay un Di’s y Él está involucrado en la historia, que finalmente avanza hacia algo mejor. “No tomes el nombre de Hashem, tu Di’s, en vano”.

Qué terrible que nuestros enemigos griten Allah Akbar antes de asesinar a bebés y ancianos, hombres y mujeres, supuestamente en nombre de Di’s. Y otros principios, que establecen una sociedad que tiene límites y honor y que tiene una imagen de Di’s para todos: “Acuérdate del día de Shabat para santificarlo. Honra a tu padre y a tu madre. No cometerás adulterio. No robarás. No codiciarás”.

E incluso hay un versículo completo sobre el sistema legal: “No atestigües en falso en prejuicio de tus semejantes”. Incluso en una época de narrativas, donde todo es relativo y sujeto a interpretación, hay que testificar y juzgar de acuerdo con la verdad. Lamentablemente, esto no sucede en el tribunal de La Haya.

En la mañana de la fiesta de Shavuot, el miércoles, serán leídos, en todas las sinagogas del mundo, los Diez Mandamientos. Es la costumbre el traer a la sinagoga a los niños de todas las edades para que absorban el mensaje. Ellos deben asumir la responsabilidad de transmitir este mensaje a la siguiente generación.  

Incluso cuando el Imperio Romano gobernaba el mundo, cuando los cruzados dictaban el tono, y durante la época de los comunistas o del régimen nazi, hemos leído los Diez Mandamientos, a cada año en Shavuot. Recordamos la verdad eterna recibida frente al Monte Sinaí.

Ahora, cuando de un lado está el islam fanático y del otro el progresismo confuso, seguiremos recordando y evocando. Shavuot nos llama a no aceptar el mundo tal como es, sino a intentar mejorarlo y a mejorarnos a nosotros mismos.

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