Sivan Rahav Meir
“Shalom Sivan, mi nombre es Anat Meir. Mi esposo, el capitán David Meir, murió en las batallas en Beeri en Simjat Torá. Si alguien me hubiera dicho antes de del 7 de octubre que perdería mi otra mitad, le habría dicho dos cosas: que no me levantaría de la cama y que no quisiera tener más nada a ver con Di’s.
Pero he aquí que sucedió. Perdí lo más preciado para mí y, de alguna manera, no tengo idea de cómo, me levanto de la cama por la mañana. De cierta manera, mi fe se fortaleció. Y la perspectiva sobre toda la vida también ha cambiado.
Nunca pensé que mi nombre estaría escrito en un anuncio de un gran evento de oración de mujeres por la unidad y la redención, o que yo hablaría así del Mesías. Tengo la sensación de que muchos se identificarán conmigo, incluso aquellos que no han experimentado una pérdida personal. No todos somos las mismas personas que éramos antes.
Al principio pensé que yo estaba loca, tratando de aferrarme a algo porque había perdido toda mi vida. Pero me di cuenta de que no era así, mi fe es profunda y verdadera. Levanté la cabeza, leí y estudié, y no podía creer cómo todo estaba escrito en los libros: las profecías de destrucción que se cumplen son la señal de que las profecías de redención también se cumplirán.
Yo no entiendo nada, pero sé que aquí está pasando algo mucho más grande que nosotros, que no tenemos manera de entender, y esto es precisamente lo que me da confianza: nos han prometido que al final vendrán días completos y hermosos, llenos de luz que ni siquiera podemos imaginárnoslos.
No tratemos de embellecer la realidad. El camino hasta allí es insoportablemente difícil, todos lo sentimos. Había grandes justos, de generaciones anteriores, que no querían vivir en nuestra generación porque sabían que sería una época difícil en todos los aspectos. Y nosotros, una generación de grandes almas, tenemos el privilegio de vivir en esta gran época.
Es verdad que no tenemos idea de cómo y cuándo sucederá, y con Di’s no hay plazos, pero podemos sentir en el aire que algo grande e inusual está sucediendo aquí. Así que aquí estoy, quién podría haberse imaginado que escribiría algo como esto hace unos meses, pidiéndoles a ustedes que se unan a nosotros en oración.
Están invitadas a venir o rezar dondequiera que estén, porque todos queremos paz, tranquilidad, seguridad, una sola verdad clara. No tengo ninguna duda de que nuestra oración tiene un enorme poder. Se dice que gracias a mujeres justas Israel fue redimido. Dicen que, gracias a las mujeres justas, también seremos redimidos “.