Sivan Rahav Meir
Tantas mentiras se escucharon este año en el mundo. Tantas manifestaciones de odio antiisraelí, tanta hipocresía chillona en las instituciones más respetadas del mundo, y he aquí que el Shofar hace sonar una vez al año una simple verdad, que ninguna universidad y ningún tribunal internacional de justicia puede silenciar: hay el bien y hay el mal. Hay verdad y hay falsedad. Y el bien ganará.
Hemos escuchado tantas voces interiores tristes este año, dentro de nosotros. Llanto y tristeza, dudas y desesperación, preocupación y ansiedad. El Shofar viene una vez al año para recordarnos que hay esperanza, que hemos salido de las situaciones más difíciles de la historia, que Di’s está con nosotros, que nos sobrepondremos y saldremos adelante.
Esta es la mitzvá central de Rosh Hashaná y, de hecho, es la única mitzvá. La manzana con miel, la granada: todas estas son costumbres maravillosas. Pero escuchar el Shofar es una mitzvá escrita en la Torá. El jueves y viernes de esta semana, silencia todos los ruidos a tu alrededor y escucha en silencio el sonido del Shofar.
Dos bendiciones son dichas en las sinagogas antes de eso: “que nos ha santificado con Sus mandamientos y nos ha ordenado escuchar el sonido del Shofar” y también la bendición de “Sheejeianu” (Bendito eres Tú, Di’s, Rey del Universo que nos ha concedido vida). Este año no pudimos tomar por sobreentendido que estemos vivos, que existimos y llegamos a este momento.
El Shofar se tocará en todo el país y el mundo: en cada sinagoga, en casa de Jabad, en los parques, en las comunidades judías más pequeñas y remotas del mundo y, por supuesto, en Gaza y en la frontera libanesa.
Podríamos escribir mucho más sobre el significado del Shofar, de cuánto lo necesitamos este año, y hablar sobre muchos que planean observar la mitzvá por primera vez este año, pero nos detendremos aquí. Después de todo, el Shofar nos enseña a guardar silencio y simplemente escuchar. Entonces, ¿dónde lo escucharás tú?