Sivan Rahav Meir
“Shalom Sivan, es importante para nosotros que el público sepa: ¡La Yeshivá de Kiriat Shmona regresó a casa hoy! Llegamos aquí hoy y recordamos juntos a los últimos cuatro graduados de la Yeshivá que cayeron en la guerra. Colocamos su fotografía en la entrada del Beit Midrash. Bailamos, con lágrimas en los ojos, y con los residentes de Kiriat Shmona que también están comenzando a regresar. Mañana por la mañana regresaremos a estudiar Torá con intensidad, en nuestra Yeshivá, que estuvo desocupada por más de un año.
En la Parashá de esta semana, Jacob, nuestro patriarca, pelea de noche con una figura misteriosa, con un enemigo. El enemigo lo hiere, lo lastima, pero no logra vencerlo. Después de toda una noche de lucha, Jacob declara: ‘No te dejaré ir a menos que me hayas bendecido’. Él no está preparado para que la lucha termine sin recibir una bendición. Este es siempre nuestro llamado judío, frente al mal absoluto que nos ataca en cada generación: a partir de cada crisis y desafío-nosotros venceremos.
En efecto, este enemigo le da a Jacob una gran bendición, le da un nombre nuevo y mucho más poderoso: (El hombre dijo): Ya no se dirá que tu nombre es Jacob, sino Israel’. Este es nuestro nombre hasta el día de hoy.
También nosotros sentimos que, a pesar de toda la dificultad y la tristeza, hemos subido de nivel. No es posible permanecer igual. Es necesario crecer.
Mañana dedicaré mi estudio de Torá a la memoria de mi amigo Eitan Dishon, quien dejó un enorme vacío en el mundo que ahora necesita ser llenado con mucha Torá, Mitzvot y buenas acciones.
Deseo que todos nosotros, en todos nuestros altibajos, podamos ver crecer una bendición a partir del dolor. Buenas noticias y buenas noches desde Kiriat Shmona, que se está construyendo”.