Un equipo internacional de investigadores, del que participaron científicos de la Universidad Hebrea de Jerusalem, en Israel, descubrió asombrosas similitudes entre el canto de las ballenas y el habla de los humanos, que cuentan, afirmaron, con una misma estructura.
El canto de las ballenas jorobadas es un ejemplo sorprendente de un comportamiento complejo que se transmite culturalmente, pero hasta ahora había pocas pruebas de que tuviera una estructura similar al habla de los seres humanos.
Nuestro lenguaje, que también se transmite culturalmente, tiene partes recurrentes cuya frecuencia de uso sigue un patrón particular. Esas propiedades ayudan al aprendizaje y a que el lenguaje se transmita de una generación a la siguiente.
Esta investigación, de la que también tomaron parte investigadores de las universidades St Andrews, de Edimburgo y de Auckland, entre otras, aplicó de manera innovadora métodos inspirados en la forma en que los bebés descubren las palabras en el habla.
Asombrosamente, descubrieron que las ballenas jorobadas registran las mismas estructuras estadísticas que se encuentran en todos los idiomas humanos.
En concreto, reveló una estructura no detectada previamente en el canto de las ballenas, lo que ilustra una profunda similitud entre dos especies no relacionadas pero unidas por el hecho de que sus sistemas de comunicación se transmiten culturalmente.
Ocho años de cantos de ballenas
Uno de los grandes retos en el estudio de la comunicación no humana es descubrir cuáles son las partes relevantes del sistema, recordaron desde la Universidad Hebrea de Jerusalem.
En este caso, el gran avance fue utilizar los conocimientos adquiridos a partir de la forma en que los bebés descubren las palabras en el habla y aplicarlos a ocho años de datos sobre el canto de las ballenas jorobadas recopilados en Nueva Caledonia.
Los autores descubrieron que el canto de las ballenas mostraba las mismas propiedades estadísticas clave presentes en todos los idiomas humanos conocidos.
Así detectaron partes recurrentes cuya frecuencia seguía de cerca una distribución sesgada particular, que no se había encontrado anteriormente en ningún otro animal no humano.
De todas maneras, advirtió la doctora Ellen Garland, de la University of St Andrews, el canto de las ballenas “no es un lenguaje”, ya que “carece de significado semántico”.
“Puede recordar más a la música humana, que también tiene esta estructura estadística, pero carece del significado expresivo que se encuentra en el lenguaje”, aseguró.
Ahora, apuntó Garland, “queda por verse si las unidades que detectamos utilizando el método inspirado en los bebés son relevantes para las ballenas”.
Una posibilidad “intrigante”
Por su parte, la profesora Inbal Arnon, de la Universidad Hebrea, dijo que la investigación mostró “cómo el aprendizaje y la transmisión cultural pueden moldear la estructura de los sistemas de comunicación”.
Los resultados del estudio, publicados en la revista Science, plantean la “intrigante posibilidad” de que estas ballenas, al igual que los bebés humanos, aprendan “rastreando probabilidades de transición entre elementos sonoros y utilizando caídas en esas probabilidades como una señal para segmentar el canto”, completó Arnon.
(Israel económico)