Chayi Hanfling
Entre el setenta y el ochenta por ciento de las madres experimentan “tristeza posparto”, pero una asombrosa cantidad de una de cada siete desarrolla depresión posparto, lo que la convierte en la complicación más común del parto.
El período perinatal —desde el inicio del embarazo hasta el primer año después del parto— puede ser una época de gran emoción y alegría, pero para muchas personas, también está marcado por problemas de salud mental. En las comunidades religiosas, donde valoramos mucho tener hijos y tenemos altas tasas de natalidad, la concienciación sobre los trastornos del estado de ánimo perinatales es especialmente importante.
La depresión posparto es una forma de depresión clínica que se presenta después del parto, generalmente durante las primeras semanas o meses, pero puede durar bastante tiempo si no se trata. Puede afectar el estado de ánimo, la energía, el sueño, el apetito y la capacidad de la madre para conectar con su bebé o cuidar de sí misma y de su familia.
La “depresión posparto” se refiere a un período breve de cambios de humor, llanto, ansiedad e irritabilidad que muchas madres primerizas experimentan en los primeros días después del parto.
La depresión posparto (DPP) puede deberse a diversos factores: fluctuaciones hormonales, la recuperación física del parto y la falta de sueño. Las personas con antecedentes personales o familiares de depresión o ansiedad, una experiencia de parto traumática o estresante, apoyo social limitado o factores estresantes adicionales en la vida tienen un riesgo elevado.
La transición a la maternidad es un cambio importante en la vida, y muchas mujeres se sienten abrumadas por las exigencias del cuidado de un recién nacido. Una mujer puede comenzar la maternidad con grandes expectativas, sólo para sorprenderse de lo difícil que es. La presión por “hacerlo todo bien” puede contribuir a sentimientos de incompetencia y decepción. Algunas pueden tener dificultades para conectar con su bebé, lo que les genera culpa o tristeza.
Lo que sorprende a muchos es que casi el 10% de los padres también experimentan depresión posparto. Los cambios hormonales, el aumento del estrés y la falta de sueño influyen. Desafortunadamente, el estigma y la falta de concienciación a menudo impiden que los hombres busquen ayuda.
Los síntomas de la depresión posparto pueden incluir:
- Tristeza o desesperanza persistente
- Irritabilidad y cambios de humor
- Fatiga y baja energía
- Dificultad para vincularse con el bebé
- Trastornos del sueño
- Cambios en el apetito
- Dificultad para concentrarse o tomar decisiones
- En casos graves, pensamientos de muerte o suicidio.
Las opciones de tratamiento incluyen terapia, medicación, grupos de apoyo y cambios en el estilo de vida.
La tristeza posparto suele desaparecer en las dos semanas posteriores al parto. Si los síntomas persisten después de ese tiempo, podría indicar un trastorno del estado de ánimo perinatal. Si usted o un ser querido experimenta estos síntomas, es importante abordar la situación con empatía y preocupación. Normalice los desafíos de la adaptación posparto y ofrezca apoyo concreto, como ayudar a encontrar un terapeuta, cuidar al bebé o simplemente escuchar sin juzgar.
Dormir es vital para la salud mental. Ofrecerse a cuidar al bebé para que los padres puedan descansar puede ser de gran ayuda. Reducir el aislamiento social también es clave; pasar tiempo con los nuevos padres puede marcar una gran diferencia. En lugar de decir: “Avísame si necesitas algo”, ofrece algo específico: “¿Puedo traerte algo de comer?” o “¿Qué tal si sostengo al bebé mientras te duchas?”. Esto reduce la presión sobre los padres para pedir ayuda y hace que tu apoyo se sienta más genuino.
Criar a un hijo requiere de un esfuerzo colectivo, y esto es especialmente cierto cuando los padres lidian con trastornos del estado de ánimo posparto. Estas afecciones son comunes y tratables. La concientización, la detección y la intervención oportuna son esenciales. Al estar informado, ser empático y proactivo, puede marcar una diferencia real en la salud mental y el bienestar de una persona durante este período vulnerable.
*Chayi Hanfling es una trabajadora social clínica con licencia, con amplia experiencia y pasión por ayudar a individuos, familias y parejas. Se especializa en terapia de pareja, terapia de transferencia electrónica (TEF), salud femenina, manejo de la ansiedad, TOC, trauma y otros problemas de salud mental.