El JLIC Tel Aviv marcó otro hito en sus extensas iniciativas “Bueno para el Mundo” el pasado fin de semana al coordinar comidas de Shabat para 65 soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) estacionados en Siria. La operación, del 2 al 3 de mayo de 2025, llevó comida casera caliente a las tropas, algunas de las cuales cumplían su quinta ronda de servicio de reserva lejos de casa.
Si bien el equipo de JLIC ya había entregado comidas a soldados en bases de todo Israel, la Franja de Gaza e incluso el Líbano, ésta fue su primera entrega de alimentos a tropas estacionadas en Siria. El Rav Joe Wolfson reconoció con alegría este logro y preguntó: “¿Podemos decir que este es nuestro primer evento de JLIC en Siria?”.
En el corazón del Viejo Norte de Tel Aviv, Rav Joe y Corinne Wolfson convirtieron a JLIC Tel Aviv en una poderosa fuerza benéfica durante los momentos más difíciles de Israel. Desde el inicio de la guerra, canalizaron la energía de su comunidad hacia acciones significativas que se extendieron por todo el país.
El alcance de su trabajo se extendió mucho más allá de su vecindario. Visitaron y apoyaron a las familias de rehenes, ofreciéndoles consuelo en circunstancias inimaginables. Se coordinaron con los soldados, entregando artículos esenciales y organizando el transporte. Cuando las granjas necesitaban ayuda extra, movilizaron voluntarios para asegurar que los cultivos no quedaran sin cosechar.
Mientras los evacuados, tanto de las comunidades del norte como del sur, buscaban refugio, el equipo de JLIC creó momentos de normalidad. Entretuvieron a niños en hoteles, entregaron comidas y brindaron apoyo práctico a las familias desplazadas que intentaban sobrellevar su situación de vida temporal.
Su compasión se extendió a diversas comunidades de Israel. Forjaron vínculos significativos con una comunidad drusa , apoyaron a una familia beduina necesitada y crearon puentes entre comunidades que, de otro modo, habrían permanecido separadas.
La entrega de comida a Siria sumó otro logro notable a su lista de proyectos de “Bueno para el Mundo”. El esfuerzo reunió a múltiples socios comunitarios: Olamit y sus dedicados voluntarios prepararon la deliciosa comida, mientras que el “Mitzvá Móvil” de Rifka B. y Adam D. se aseguró de que todo llegara a los soldados.
Detrás de estas exitosas entregas de alimentos se encuentra un equipo dedicado de personas de la comunidad que trabajan incansablemente semana tras semana. Olamit W. lidera la operación de cocina, coordinando un equipo que prepara comidas nutritivas y deliciosas para los soldados. Adam D. y su ahora famoso “Mitzvah Mobile” se convirtieron en la columna vertebral del transporte confiable, completando innumerables viajes de entrega para asegurar que los alimentos lleguen a su destino. Mientras tanto, Rifka B. y Gila B. expanden continuamente el alcance de la iniciativa identificando más unidades militares que necesitan apoyo y recaudando los fondos necesarios para sostener estos esfuerzos.
“Es un privilegio ayudar a los valientes soldados que están de guardia y nos protegen a disfrutar de una comida de Shabat tan deliciosa como la que tendríamos aquí en la comodidad de Tel Aviv”, compartió uno de los organizadores.
Aunque la atención mediática sobre el conflicto haya disminuido, JLIC Tel Aviv reconoció que muchos soldados seguían respondiendo al llamado del servicio. La entrega de comida reconoció su continuo sacrificio y trajo un toque de hogar a su remoto destino.
Durante estos meses difíciles, JLIC Tel Aviv demostró cómo una organización comunitaria podía atender necesidades inmediatas y, al mismo tiempo, fortalecer los vínculos entre diferentes sectores de la sociedad israelí. Su labor ilustró cómo los pequeños actos de bondad, al multiplicarse entre muchas personas y durante muchos días, generaban un impacto significativo en tiempos de crisis.
