La policía de Amberes allanó la mañana del miércoles las casas de los mohelim de la kehilla haredí de la ciudad, buscando sus cuchillos de brit y listas de niños, incluidas las casas de los famosos mohelim, HaRav Aharon Eckstein y HaRav Moshe Landau.

La redada policial siguió a una escandalosa demanda presentada hace más de un año por un judío con antecedentes de provocar kehilot judíos en Europa.

Según testimonios, los agentes tocaban puertas y decían: “O abrís o entramos”.

La policía confiscó todos los cuchillos que tenían en su poder a pesar de que todavía no hay una decisión judicial sobre el caso, y solicitó la lista de todos los bebés que circuncidaron en el último año.

El demandante judío cruzó una línea roja al no sólo presentar una demanda contra los mohelim sino también contra los Rabbanim y Rebbes que sirven como sandekim en los britot, incluido el Rebe de Peshwarsk e incluso el difunto Gaavad de la comunidad Shomrei HaDas, HaGaón HaRav Dovid Moshe Lieberman, z’tl.

La Asociación Judía Europea (AJE) emitió un comunicado condenando la redada policial. El presidente de la AJE, el rabino Menajem Margolin, declaró que “esto constituye otro paso en falso en la intimidación de figuras religiosas judías en Bélgica”.

Tras la prohibición de la matanza ritual, el acoso a los mohalim representa otra línea roja y una clara señal de advertencia para los judíos belgas y el gobierno belga. ¡La libertad religiosa debe ser respetada!

“Cualquier restricción, por pequeña que sea, a la circuncisión en Bélgica enviaría un mensaje claro a los judíos belgas de que no son bienvenidos en el país”.

La EJA insta a las autoridades policiales, a los responsables políticos, al gobierno y a los parlamentarios a aprobar urgentemente una legislación que garantice explícitamente la circuncisión como parte protegida de la libertad religiosa bajo la ley.