Becky Krinsky
14 de octubre de 2020
Conozco poca gente que es feliz con su vida tal cual es. La mayoría de las personas tienen algo o alguien que si pudieran… seguro lo hubiesen cambiado.
La naturaleza humana busca tener lo que no tiene, ser mejor y aspirar más. Es importante tratar de ser mejor y buscar nuevas oportunidades. Pero ¿qué pasa cuando se hace todo lo que uno cree que debe hacer y las cosas no cambian? ¿Qué tal si hay cosas que no son negociables? Uno se siente miserable y con pocas esperanzas.
Las carencias y el dolor nublan la visión y perturban los diversos aspectos de la realidad. Por lo cual, el sentimiento de infelicidad e impotencia se apoderan del alma y el desánimo impide disfrutar lo bueno que se tiene.
La vida perfecta no existe y si así fuera, sería una existencia aburrida e insípida, con pocas posibilidades de superación. Los problemas, injusticias y frustraciones son parte de la riqueza de la supervivencia, aunque no parezca. Estos incidentes marcan la necesidad de salir de la zona de confort y encontrar nuevos caminos y formas de actuar.
Son tantas las cosas que pasan que no se pueden cambiar. Muchas parecen o son verdaderas injusticias además de que causan dolor y frustración. Abundan las personas groseras, complicadas, prepotentes, trabajos no reconocidos y mal pagados. Oportunidades incorrectamente distribuidas, enfermedades crónicas o terminales, muertes injustificadas, relaciones obligadas y amargas, problemas heredados, etc.
Es un hecho que no todo se puede cambiar. Las cosas son como son y lo único que se puede hacer es aceptarlas y encontrar una nueva perspectiva. Muchos dirían que el aceptar la realidad sin pelearla constituye el pase directo a la mediocridad, pero en realidad es todo lo contrario.
Cuando aceptas lo que es, así es… permites que la realidad te muestre sus otros puntos que se dejaron de ver por enfocarse solo en las carencias y pérdidas. Al ajustar la visión del lente, se puede soltar el enojo y la carga que crea la pelea contra la realidad.
Permitiéndose así encontrar una razón valiosa que facilite abrazar el dolor y fortalezca otras áreas que no se habían tomado en cuenta. No se trata de hablar que tan justo o injusto es la cuestión. Se trata de abrir el panorama, incluir e integrar lo que el dolor y la rudeza ocultan.
Dicen que, si lloras porque no puedes ver el sol, las lágrimas te van a impedir ver las estrellas. Encontrar lo bueno que se tiene, inhibe a la infelicidad y promueve la posibilidad de hacer las paces con lo que se tiene, aceptar lo que no se puede cambiar y luchar por lo que se puede mejorar.
La receta
Para ser feliz con lo que se tiene
Ingredientes
Perspectiva – ubicar la proporción realista a las condiciones que existen
Flexibilidad – dejar fluir, aprender a ver nuevos puntos de vista
Humildad – soltar la necesidad de controlar todo lo que sucede
Buen humor – encontrar la parte graciosa, simple y no tan seria de la vida
Determinación – compromiso personal para vivir en plenitud y luchar para lograrla
Afirmación positiva para cambiar la perspectiva
Puedo encontrar las cosas positivas en situaciones complicadas y difíciles. Acepto que hay momentos donde no estoy de acuerdo con lo que veo y escucho. Ajusto mi percepción y busco nuevas alternativas. Las condiciones pueden no cambiar, pero mi actitud y mi relación ante la situación seguro que la puedo mejorar. Soy feliz por tener la oportunidad de ser lo que yo soy, hacer lo que puedo y decir lo que siento. Mis pensamientos me ayudan a ver la vida con esperanza y optimismo.
Ajustando tu realidad y cambiando la perspectiva:
1. La actitud es la llave para ser feliz y soltar el enojo y la frustración. Sobrevivir y destacar pertenece a las personas que tienen una visión positiva, innóvate con iniciativa, que no les da miedo el cambio. Personas que buscan lo bueno aun cuando esto sea escaso.
2. Reconocer y aceptar lo que se tiene, empodera la posibilidad de encontrar nuevas razones para valorar lo que se tiene. Cuando reconoces quién eres, que tienes y donde te encuentras, entonces puedes controlar tus reacciones naturales que surgen ante situaciones o personas que te molestan.
3. Aceptación es una maestra silenciosa. La realidad no se impone, ni exige. Está allí, a pesar de que a uno no le guste o le estorbe. Cuando se deja de luchar en contra de lo que a uno no le parece… aprende a valorar lo que tiene, dejando de sufrir por lo que carece.
“Cuando cambias tu perspectiva, cambias tu energía, y todo cambia a tu alrededor.”
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Becky Krinsky | Life-Coach, Author, & International Speaker